Archivos mensuales: septiembre 2005

Nada

Por |2007-02-07T13:50:22-05:00septiembre 21st, 2005|Libro de horas|

Roca que callas desde el mar distante Te fuiste en medio del silencio Te fuiste sin decir nada más que nada Hora lloras en silencio Y a ratos ries, con el alma envuelta en ramas Tu silencio es ofensa de ignorantes Tu distancia es la broma del amor perfecto El amor es una burla cruel y lo sabes Cuando el que se burla es el que se marcha en un instante Amor

Todas las fiestas del mañana

Por |2007-02-07T13:51:04-05:00septiembre 21st, 2005|Dyss Mítica, Libro de horas, Todas las cosas jamás soñadas|

Levanté la tapa de metal, no tenía ni medio codo por otro tanto. En su interior, el fango, se revolvía. Un lodo con vida propia, blanquecino y pestilente. Lo sabía, en algún otro lugar lo sabía, otra vez... Introduje la mano en el légamo viscoso. Más y más, hasta más allá del codo, el antebrazo se sumergió también, un sudor frio recorrió mi espalda. Gusanos blancos y diminutos habitaban el lodo, estaban

El aroma

Por |2007-02-07T13:52:01-05:00septiembre 18th, 2005|Dyss Mítica, Todas las cosas jamás soñadas|

Dormí dos días seguidos, tumbado entre las flores. Acurrucado en mi abrigo y con un montón de hierba de almohada. No tuve pesadillas, y si las había tenido, no las recordaba. Una paz inundaba mis sueños. Una paz proveniente de alguna costa lejana. No me despertó ni el viento huracanado, ni la sombría mañana cubierta, ni siquiera la lluvia me había sacado de mis sueños. Me despertó, el aroma. -¿Qué sucede? -Pregunté

La Carta (1998)

Por |2007-02-07T13:52:25-05:00septiembre 16th, 2005|Todas las cosas jamás soñadas|

Como cada madrugada, con la alborada empujando los últimos rincones de la penumbra, el hombre se incorporaba en el viejo camastro de hierro forjado con los pies sobre la alfombra y la mirada perdida en algún rincón de la habitación. Así, sentado en la cama permanecía largos minutos, perdido en un pensamiento vacío, adormilado aún por un sueño cargado de pesadillas; ensimismado por unos minutos en la nada. Como cada madrugada al

El alto coste de la vida

Por |2007-02-07T13:52:51-05:00septiembre 15th, 2005|Libro de horas|

Quiero salir corriendo Buscar donde llegan Llegar a su sitio. Me sobran las paredes Las calles Ya no miro las farolas. Ruinas. Como un ciego parece que olvido ver, Vacío y lleno con poco. A días El reloj espera en la esquina Y las espinas Doblan el alma y clavan La calma justo donde queda tu beso. Por eso, espero el gesto y la magia. Entonces hablo solo y en alto. Maldigo

De un tiempo sin nombre

Por |2007-02-07T13:53:44-05:00septiembre 13th, 2005|Libro de horas|

Aquella noche, tuve sueños de gloria, y de batallas perdidas. Me perdí en el bosque buscando el origen de todos los mitos, y solo pude dar vueltas alrededor de mí mismo. En el cielo se desdibujaron las primeras estrellas y entre la brisa de la noche me llegaron los cánticos de los dioses dormidos de antaño. Fueron días de penumbra, cuando las brumas de la noche tapaban la luna, dejando aterrados a

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