Aquella noche, tuve sueños de gloria, y de batallas perdidas. Me perdí en el bosque buscando el origen de todos los mitos, y solo pude dar vueltas alrededor de mí mismo. En el cielo se desdibujaron las primeras estrellas y entre la brisa de la noche me llegaron los cánticos de los dioses dormidos de antaño. Fueron días de penumbra, cuando las brumas de la noche tapaban la luna, dejando aterrados a las criaturas en sus rincones, entre las raíces del bosque viejo.
Tuve en verdad sueños de glorias perdidas, y de grandes pérdidas, con una espina en la pata llegué al río y mi alma se desmoronó cuando supe que no sabía vadearlo.
Allí estabas tú para hacerme cruzar por los lugares menos profundos…
Ahora hemos contemplado las estrellas muchas veces, y entre los susurros de la brisa de madrugada siento como me acaricias el pelaje, que un día llevara a reyes y reinas de antiguos reinos, príncipes y princesas que duermen el sueño de la abundancia. Aquella noche tuve dulces sueños, arropado y a salvo de la marea de la rabia humana, en este río que lleva a los días del futuro quiero pararme bajo el roble y escuchar tus risas, en medio de la noche. Cuando salga la luna recordaremos todo lo que está por hacer…tanto por hacer aún…pero, cuando salga la luna…