A la página le salen telarañas, pero hay que explorar nuevos territorios. Hay muchísimas cosas divertidas por hacer y esa sensación de urgencia nunca desaparece del todo. Quizás Lavondyss tuvo su momento, pero eso no es lo que importa.

    Machinima, cómic, mundos virtuales, animación, realidad aumentada, filosofía, literatura, y cuentos de hadas. Además de la eterna compañía de nuestros dioses antiguos. De todo eso, una pizca aquí y allá. Y los ánimos, que van y vienen como las mareas.

    Muchas veces evito releer mis cosas, casi siempre me parecen horteras. Evito revisar los post tanto como rebuscar en la ropa sucia. Me echan la bronca por eso, pero soy consciente de mis limitaciones.

    Seguiré ensayando. Porque en su momento parecía una buena idea y porque lo mejor de mi vida, lo encontré siempre en los mundos que todos juntos nos hemos inventado. Todos esos mundos que no existen y que jamás han existido, pero que son siempre los que consideramos verdaderamente importantes.

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