Siempre he pensado, que la forma más baja, facilona y cutre de hacer humor es meterse con los demás. Es el recurso barato de los que no tienen ningún tipo de ingenio. Recurso que por desgracia siempre es el más utilizado.
En este caso, la columna del individuo denominado «calvo» (en minúsculas) es a mi pesar un completo fracaso. Y algunas voces ya resuenan en contra del siempre mezquino «recurso» de hablar cuando no se tiene nada que decir.

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Fracaso

Señor Calvo:

Por medio de una canaria residente en Cantaluña, ha llegado a nuestras islas el bajo reportaje hecho acerca de los problemas de migración en Canarias. Le puedo asegurar que a estas alturas la mitad de la población es consciente de su existencia, y pienso
colaborar en que siga cubriendo terreno; no se podrá quejar, porque de a poco, en nuetra tierra, se está formando un ‘status’ que de seguro no es el que usted pretendía obtener al escribir el
artículo.
Verá, cuando lo lei, tenía muchas ganas de abofetearlo e insultarlo, y no crea que se me han pasado. Sin embargo, aguantándome las ganas, intento escribirle lo más respetuosamente posible, para darle una bofetada sin manos, y sin rebajarme
moralmente por una persona que no vale la pena.
¡Oh! Su artículo ha sido gracioso, al grado de que, si no existiera el problema y la zona, quizá me hubiera reído, aunque lo sigo dudando. Su ineptitud como persona, su falta de empatía con los integrantes del problema, y su falta de madurez y seriedad para enfocar el asunto, me provocan una profunda pena por usted, ya que, si antes a lo mejor era una persona íntegra, ahora puedo asegurarle que está muy lejos de serlo.
Además, me da mucha rabia porque, siendo canaria residente en Asturias, puedo asegurar que la mayoría de los godos no son así.
Sin embargo, no todos los canarios tienen tanto conocido peninsular, por lo que usted acaba de rebajar, con su falta de respeto y su desprecio, la poca aceptación que tienen muchos de nosotros hacia los residentes en la España peninsular.

Si no hay un artículo de rectificación, me encargaré
personalmente de arruinar la reputación como >periodista que pueda tener; y no piense que sería de un modo bajo, ni siquiera que es una amenaza,
pero voy a publicar su artículo con la opinión generalizada de nuestro pueblo, y entonces veremos a quién van a ‘recoger en casa, a cambio de lavar y planchar’.

Atentamente,
Esther S. P.

Estimado Señor Calvo:

Me dirigo usted, porque por desgracia tuve la oportunidad de leer su artículo publicado en Diario adn a cerca de «Repartir Canarios». Debo darle
mi más sincera enhorabuena por su apología a la insensibilidad, a la frivolidad y a la estupidez que suele caracterizar a algunos que vienen de su tierra.

Como canaria siento repugnancia que alguien se atreva a tomar un tema tan importante y grave de la forma que usted lo ha hecho. No se imagina el
drama humano que se vive aquí. Y porque los canarios somos gente solidaria damos la mano a quien lo necesita, en cambio usted tiene mucho que
aprender de mis paisanos. Así que voy hacer todo lo posible para que el Gobierno de Canarias mueva cielo y tierra y le busque a usted una plaza de chimpancé en el Loro Parque, ya que veo que lo de ser gracioso es su fuerte. Eso si. «a condición que sepa quitarle los piojos a sus compañeros de jaula».

Las medidas disuasorias a las que hace referencia las voy a tomar en consideración, pero no para evitar que vengan más seres humanos y que pierdan la vida en el camino por el afán de poder sobrevivir en este mundo, sino para evitar que godos como usted nunca pisen esta sagrada tierra.

Su solución de repartir canarios es inaceptable, ya que aquí preferimos
vivir en nuestra tierra, aunque nuestros hermanos africanos también
decidan hacerlo. Porque como se dice en mi pueblo, soy española por obligación,
africana por geografía, pero suramericana de corazón. Aquí además de
saber planchar y cocinar (por cierto, de los lugares donde mejor y más variado
se come, para que usted ensanche su conocimiento) sabemos diferenciar a los
inteligentes de los estúpidos. Sepa usted que que no pertenece al primer
grupo…

Sé que no todos los que viven en España son como usted, pero por desgracia
la imagen que nos llega es esta. Es lamentable que un diario permita que
se publiquen artículos como estos, donde se demuestra una vez más, que no
solo hay una lejanía física del territorio peninsular, sino que de corazón
estamos muy alejados, incluso a nivel político. Me hubiese gustado saber
si este problema no fuera en mis amadas Islas Canarias, sino que pongamos
que es en Barcelona, ¿usted se atrevería a ser tan frívolo? Le aseguro que si
la medida es repartir catalanes como usted, mi tierra no los aceptaría
jamás. Se lo aseguro.

Solo espero que muy pronto haga usted pública una disculpa por ser tan
godo y por tomar un tema tan grave de forma tan simple como lo ha hecho, una
disculpa por su humor negro que no se puede aceptar en momentos tan
dramáticos como el que se está viviendo aquí, y donde humoristas canarios
no se atreven a usar este tema para hacer chistes.

¡¡Basta ya: Ni un insulto más de un godo!!

Victoria López

Querido «colaborador»,

Después de leer esta mañana su despreciable artículo,
me pongo en contacto con usteded para mostrarle mis más absoluto rechazo,
indignación y verguenza ajena como ser humano. No entiendo la
finalidad alguna del mismo.
Como canaria me siento totalmente insultada, no sé si se ha
dado cuenta de que actualmente estamos en el siglo XXI y esto de
que «no le importa llevarse un canario a casa» para limpiar y cocinar
me parece de lo más despota y racista que he leído nunca.
No sé cómo ni quien le ha podido autorizar la publicación del
mismo.

Es una pena que aún queden personas como usted con esta mentalidad
tan retorcida y tan cínica y pueda afilar su humor con un
problema tan grande que sufrimos TODOS!!. Y principalmente esas personas
que se lanzan al mar con un único pensamiento que es el de poder
tener un futuro en su vida!
Si su intención es llegar a ser conocido como «posible» escritor o
periodista, no se preocupe que haré todo lo posible y en estos
momentos reenviaré su artículo a todos lo diarios canarios y
los principales nacionales, para ver cual es la reacción y la
gracia que le puede hacer tanto a mis tocallos canarios, como a la
opinión pública.
Esté tranquilo que le reenviaré una copia de la publicación.

Llevo más de 6 años viviendo en Barcelona y la verdad es que es
insultante y dá pena que con personas como usted los
«catalanes» o «godos», como usted mismo se autodefine, adquieran una mala
fama que hasta el día de hoy, yo nunca me había topado.
Puntos negros, simplemente.

Sin otro particular, saludos.