Como ya está bien de tanta poesía, vamos a detenernos unos instantes en ese simbolismo humano que tan dulcemente le conduce a revestirse de armadura, montarse en una bestia de media tonelada y, con un palillo, intentar tumbar a un contrincante.

Nosotros, amantes de las corrientes que nos llevan a interpretar la realidad tal y como fue interpretada por otros, allá en el pasado de acuerdo con su concepción del mundo, vemos esto y asentimos satisfechos. Así como con un: “vio el hombre todo cuanto había hecho, y he aquí que estaba muy bien, contento y gozoso”.

El canal History Channel ha dado con un filón. Después de deleitarnos con los cazadores de caimanes de La Florida; de las decenas de programas de compra de “empeños” —pues tal es el afán del americano medio de vender por una millonada los calcetines de Elvis— y de repasar hasta la saciedad las batallitas del abuelo cebolleta ubicado en Detroit  que cobra la pensión de héroe de guerra, ha llegado el momento de cobrar de verdad y dirigir su mirada a la nueva ola “friki “ que asola toda Norteamérica.

En esta nueva generación se esconden los sueños de supervivencia de aquellos que capaces son de sobrevivir al apocalipsis descrito por McCarthy en su maravillosa novela: “The road”, La carretera. Novela que si no te has leído, tú orgulloso “Friki”, pues ya estás tardando. Por lo que parecería que el consumo de cultura popular nos acerca más a un estar adaptados a las duras condiciones de vida de un ambiente “el-que-sea” más que a dejar volar la imaginación y a ser creativo por encima de la media.

Por ello, más allá de la simple simulación histórica, que aquí queda a la altura del betún, el “Friki” de verdad se enfunda el traje de mallas —nunca mejor dicho— y cabalgando su corcel —que más le vale esté siendo destinado a ser comida para perros—, intentará desmontar con su bravura al oponente, rememorando las lanzadas de Lancelot defendiendo a la reina Ginebra o a Ivanhoe luchando por el corazón de su dama.

Lo cierto es que el éxito que está cosechando hace resonar la caja registradora, aunque lo más suculento es el premio, por lo que muchos son los que se apuntan a la nueva moda. Un “deporte” que aunque no sea tal, por ahora, lo será. Y que apuesto a que muy pronto va a rivalizar con “La estampida” de Calgary. Una nueva actividad en la que se ha de ser muy pero que muy bruto y en la que, para variar, hay que estar bastante loco: "¿Alguien dijo vértebras cervicales?"

Directamente para ti, te lo ha contado Edanna, en Lavondyss, retransmitiendo desde América del Norte para toda la comunidad que piensa, siente y sueña, con un mundo mejor.

Pd: Oye, que a mí me gusta eh…