Iglesia de Saint Sauveur

Los hombres construyeron entonces templos por toda la tierra para así poder honrar a Dios y exigirle de paso, todos los derechos que por su derecho de nacimiento, creían ser merecedores.

Dios, que habla una lengua increíblemente compleja e ininteligible, no cesaba de repetirles que sus derechos eran los mismos que los de las orugas, las mariposas o las marmotas.

Ante tal desentendimiento, los hombres evolucionaron rápidamente, para así poder construir poderosas computadoras con las que desentrañar el misterio insondable de las complejidades de la lengua de Dios.

Sin ningún éxito, hasta ahora.

El resultado fue que los hombres se enamoraron de sus potentísimas computadoras y las iglesias…

Pues ahí están, por toda la tierra…