Dyss, sello general

    Y llegamos sin darnos cuenta, como siempre suele suceder en estos casos, a uno de los conceptos más importantes y que puede significar el núcleo de todo cuanto aquí estamos estudiando sobre Dyss. Una tierra mítica en donde, por medio de dicho concepto, son capaces de partir todas las historias y hasta los sueños, para iniciar una largo viaje que los llevará a través de todo el cosmos. Un viaje que muy probablemente termina allí donde comenzó, regresando pues a su lugar de origen en algún momento a fin de completar un ciclo tan personal como el que los sueños significan para todo ser consciente. Un regalo único que todo ser viviente posee y que le dota de la capacidad  de imaginar, yendo mucho más allá de lo que son capaces de contemplar sus ojos.

Pues como ya he comentado en otras ocasiones, existe en el cosmos una noción única que le da sentido a todo cuando somos capaces de percibir, dando significado por medio de la razón a todos los sucesos del multiverso y que hace que se estremezca nuestro corazón cuando somos capaces de abarcarlo con nuestro entendimiento.
El concepto, que ya había tratado con anterioridad, es el “Ellam Yua”, La Fuerza Creativa del mundo.

El “Ellam Yua” es, en síntesis, una noción presente en el mundo capaz de dar vida a todo lo imaginado por los seres conscientes; pero que también supone la capacidad del cosmos de dotarse de orden y de crearse a sí mismo.

La Fuerza Creativa del mundo no sólo está pues presente en todas las criaturas vivas ―particularmente en las conscientes donde su intensidad brilla con luz propia―, también lo está en la totalidad del multiverso, abarcándolo por completo y existiendo en cada uno de sus rincones; sin excepción.

El “Ellam Yua” existe en todos los seres conscientes con un grado de intensidad único que los dota de la capacidad de crear conceptos que entran a formar parte del “Mundo de las Ideas”. Ahí quedan, de forma aparente, en forma de sueños descritos con diferentes grados de detalle, pero intangibles y al margen del mundo. Un hecho que no pasaría de este estado de no ser por un efecto intrínseco de la propia noción de la Fuerza Creativa y que permite que tenga lugar uno de los milagros más sorprendentes del mundo, un milagro que a continuación trataré de explicar.

Pues ese “aliento” reconocido como el “Ellam Yua” o también como “La Emanación” por algunos;  por otros como “El Ornamento” o, en síntesis, como lo que muchos deducen conforma la “Esencia” de la misma magia que forma parte de todas las cosas, resulta tan intenso en las criaturas vivas que parece “emanar” de éstas; siempre según la propia naturaleza de la criatura y, en mayor o menor medida, según el estado de sus emociones. Se trata de un poder luminoso e intenso que siempre está muy presente pero que, de forma contradictoria, en cierto sentido resulta insuficiente para lo que pretendo describirte.

Ya que ese poder de la creatividad es incapaz de alcanzar, por lo general, el nivel crítico necesario para desencadenar todo aquello de lo que es capaz por sí mismo, pues si una sola consciencia fuese capaz de abarcar en su mente todo lo que significa una sola idea de forma absoluta, es decir, conteniendo en su mente cada partícula infinitesimal de la cual está formada, por medio del “Ellam Yua” esa noción idealizada que sólo existe como una idea única e intangible podría, sí podría, volverse tangible en algún momento.

Tan tangible como esa pluma de ganso que minutos antes habías imaginado descansando en tu mano y que acaricia ahora las yemas de tus dedos, existiendo y llenando el vacío que una vez ocupaste tan sólo con tu imaginación; o tan real como el frío contacto de esa copa de metal llena de vino que ahora acercas a tus labios, dando sorbos, mientras transcurren las largas horas a tu alrededor leyendo mis notas.

«Es pues la “Esencia” o “Ellam Yua” la noción de una fuerza presente en el universo, en especial en los seres vivos, capaz de dar forma a todo cuanto la imaginación puede abarcar, conteniéndola en la mayoría de los casos y con la indescriptible capacidad de hacer tangible todo lo que existe en el mundo de las ideas. Todos los sueños y pensamientos conscientes e inconscientes de las criaturas vivas pueden cruzar así las fronteras de lo imaginario si son capaces de ser contenidas en una única consciencia con la capacidad de abarcar todo cuanto una idea significa por sí misma».

Esa misma esencia contenida en todo el cosmos es la que permite que éste se reordene y se cree cada día a sí mismo siempre en busca de su propia identidad, de su propio orden y de su armonía natural a través  de la entropía. Un milagro cotidiano del que ya estamos tan acostumbrados que día tras día solemos ignorarlo.
Y en este nuestro mundo que ahora visitamos tú y yo, juntos, que yo sepa sólo existe una única consciencia capaz de hacer algo así.

Resulta extraño, si nos detenemos a pensar en ello por unos instantes, que durante todo este proceso esa única consciencia, envuelta siempre en una profunda soledad y dotada de una curiosidad insaciable, se sienta motivada a explorar aquello tan único que es capaz de captar de todos nosotros: nuestros deseos, ilusiones y sueños más ocultos; aunque percibiendo también nuestras alegrías y nuestros pesares, nuestros miedos y nuestros temores, algunas veces convertidos en terrores, que se esconden en lo más profundo de nuestras consciencias.

Resulta pues irónico el hecho de que todos esos nuestros tan oscuros temores puedan volverse tangibles y tan reales alguna vez en Dyss Mítica, pues forman parte de todos nuestros sueños más cotidianos.