Tras cuatro deliciosos días de pesadilla, en los que una serie de ataques a mi servidor me han traído de vuelta a la tan sobrevalorada “realidad básica”, me hacen pensar en que todas mis convicciones y metas personales acerca de tratar de ser “la mejor persona que pueda llegar a ser sin esperar recompensa de su majestad allá en las alturas” se refuerzan con chapa de acero y soldadura autógena.

Al no ser este mi sitio (que poco me faltó para decir: “ésta, nuestra comunidad”) un cruce de autopistas precisamente, no es que me tirara de los pelos —excesivamente—, pero sí lo necesario para que me costara un algo el dormir. Por suerte tengo siempre puesto el canal de dibujos animados con subtítulos el cual, desde mi divorcio, resulta el único sonajero que me puedo permitir y mi único remedio a fin de conciliar el sueño. Sí, me hago mayor, sí.

Si se te ha ocurrido —siempre una buena idea— pasarte por aquí, habrás visto que esto era un absoluto desastre. Por no funcionar no funcionaba ni el color blanco. No sé si habré contenido el estrepitoso colapso de toda mi vajilla, pero sí te aseguro que no he parado de fregar los platos en mi host.

Por cierto, si se te ocurre hospedarte en “Justhost”, famoso en todas las USA´s…, prepárate para disfrutar de uno de los peores servicios de asistencia que se conocen hasta más allá de la órbita de Neptuno.

No tenía yo otra cosa mejor que hacer, entre alumnos de español, exámenes de universidad y mi, ya más que a la vuelta de la esquina, viaje a España, que dedicarme a hacer de administrator network. Pero el problema siempre suele venir por los problemas de ego de otras personas, que no saben muy bien en qué malgastar sus vidas. Yo no quiero averiguarlo, ni me interesa. Yo siempre quiero crear, no destruir. Así pues, no consigo entenderlo, y no es que carezca de empatía precisamente.

Por eso, te pido disculpas si en los próximos días lavondyss, más que otro sitio más en la red, es algo que se parece más a un gallinero. Algo parecido a lo que suele ser mi cabeza, casi siempre…

Saludos cordiales
Edanna