Artículo publicado en la revista digital Pxmagazine el día 18 de febrero.

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El descubrimiento de las inteligencias múltiples, por Howard Gardner (una teoría, junto con las ideas de Edward De Bono, que se puede cuestionar y que tiene sus opositores, por supuesto), no solo ha servido para reforzar nuestra necesidad de que exista algún tipo de justicia universal. También, entre otras cosas, para reducir la cantidad de barbaridades que se han hecho en nombre de lo que se creía saber sobre la mente humana.

Conmigo sin ir más lejos, los test de inteligencia que circulaban durante los años 70 por los colegios hicieron estragos. Un buen día, en menos de 4 horas, me declararon un cero a la izquierda en muchos ámbitos excepto en los artísticos (el destinado a los inútiles claro). Lo sorprendente es que no importaba cuánto me conocieron familiares, profesores y amigos, lo que dijera el test «científico» iba a misa. En síntesis, el mío rezaba algo así como: «…Si le sirve de consuelo Sra. madre, aunque su hija no sirve ni para cuidar de un tiesto de pimientos, la mocosa está dotada de una imaginación excepcional. Usted verá cómo sacarle provecho, aunque por suerte hay medicamentos para eso.  Son 3000 pesetas. Buenos días».

Aquello supuso un sofoco para mi madre, por supuesto, que pasó el resto del mes tirada en el sofá abanicándose; la pobre. Ni me molesté en confesarle que había contestado a las preguntas con faldas y a lo loco, bostezando entre pregunta y pregunta y de cháchara todo el tiempo con el rubito que se sentaba en el pupitre de al lado. Poco sospechaba yo por aquel entonces que aquel dichoso «examen de inteligencia» establecería los pilares de lo que sería el resto de mi infancia y parte de mi adolescencia. Porque a ver de qué sirve eso de la imaginación, si lo que quieres es que tu sucesor coja camino, se haga médico —o abogado— y ponga la economía familiar por las nubes. Y es que al igual que con la religión, en el nombre de la ciencia se han cometido un sinfín de salvajadas.

Cuando estaba en el colegio recuerdo la obsesión de muchos profesores por obsequiarnos con sesiones interminables de cálculo mental. No dudo de sus virtudes en cuanto a la mejora de la agilidad mental pero, ¿de verdad importa mucho quién realiza una operación un segundo o dos antes que los demás? Al final aquello no era más que un campeonato maratoniano cuyo único fin era mostrar quién era más listo de forma equivocada. Nos pasamos la vida enredados en una competición interminable en la que se miden cantidades, tamaños, tiempos y distancias hasta de lo más absurdo. Yo, que me aburría mortalmente con todo aquello, al final ni me molestaba en responder; hasta que me pillaban, claro. Pero se solucionaba dibujando una gran sonrisa en el rostro, asintiendo con la cabeza y disimulando un rato para, poco después, volver a lo mío, que consistía en mirar por la ventana e imaginar dragones revoloteando entre las nubes del cielo.

¿Por qué no se hacían ejercicios en grupo para crear soluciones a problemas existentes, debatiendo sus pros y sus contras? ¿Por qué no tratábamos de hacer diseños para mejorar la vida cotidiana? ¿Por qué en clase de religión no tratábamos de crear una desde cero para tratar de comprender qué nos lleva a seguirlas, o incluso a crearlas? Ya que estamos, ¿por qué no imaginarnos en clase cómo es la vida en un planeta diferente del mundo que conocemos? Me parece que más allá de sus ventajas para la clase de Biología podría hasta servir para tener unas nociones de Ingeniería con una buena ración de Física y Matemáticas por medio.

Cuánto tiempo perdido… Podría ser gracioso, de no ser porque en verdad resulta trágico pensar en la cantidad de energía que malgastamos compitiendo una y otra vez entre nosotros, o estudiando de memoria cosas como el Catecismo.

Pero dejando a un lado mi simpática autobiografía, tan amplio catálogo de inteligencias distintas permite comprender mucho mejor los procesos del pensamiento y, sobre todo, ver qué es lo que se nos da mejor para sacarle partido. En esto mismo se basan todos los avances y la documentación disponible, como el ya mencionado libro del Sr. Bono que, repito, no tienen nada que ver con los libros de autoayuda. Por cierto que, de todas estas inteligencias existentes, mi favorita es sin duda la novena Inteligencia, o Inteligencia existencial, no demostrada aún por la ciencia. Solo el nombre ya da para unas cuantas novelas, un porrón de aventuras y hasta algún que otro juego de rol.

Pero sigamos. En la primera parte de este artículo quería que reflexionaras sobre la diferencia que existe entre el uso de la lógica y de la creatividad. Sin desmerecer a la primera y como ya comenté, pienso que el impulso de la segunda es muy importante en el desarrollo del individuo. Una sociedad mejor depende de ello.

Es muy importante asumir también que la creatividad se puede desarrollar; para hacerlo cuanto tenemos que hacer es esforzarnos en ser creativos. En este sentido, este hobby reúne muchos aspectos distintos de la creación, por lo que gracias a él tenemos mucho camino recorrido; motivo suficiente para que los aficionados puedan sentirse orgullosos. Por supuesto, si nuestras aspiraciones no van más allá de querer disfrutar de una actividad, esto no tiene que suponer un conflicto. No creo que nada de lo dicho hasta el momento contradiga algo que comento muy a menudo: «Para hacer una buena partida de rol no hay que ser muy exigente, lo importante es jugar». Pero cuando somos autores de contenido creo que todos estamos de acuerdo en que lo conveniente es esforzarse por ir más allá.

Cuando aprendes a dibujar siempre te dicen que no te dediques a calcar, pues lo único que conseguirás es ser un buen calcador; en el ejercicio creativo sucede lo mismo. Hay que dedicar energía a salir de la zona de confort, evitando en lo posible hacer nuestra propia versión de lo que ya conocemos. ¿No te suena lo de un mismo sitio con nombres distintos? Seguro que sí. Ahora bien, hay que poner las cosas en contexto pues en ocasiones esto se malinterpreta impulsados, creo yo, por esa facilidad que tenemos todos de ponernos a la defensiva. Además de ser legítimo inspirarnos en otros trabajos para nuestras creaciones, si cuanto pretendemos es disfrutar de lo que nos gusta no es buena idea mortificarse con estas cosas, al contrario. Y con esto vuelvo a lo que dije antes acerca de si aspiramos a ser autores.

En cuanto al concepto de pensamiento lateral, que ya expliqué en la primera parte, no consiste más que en tratar de enfocar los problemas desde distintos ángulos, eso es todo. Algunas personas no lo entienden y, tras dedicarle un breve pensamiento, creen que consiste en buscar una única solución absurda a cualquier hecho cotidiano. En realidad es mucho más sencillo: el pensamiento lateral no es más que un concepto teórico que nos ayuda a describir un proceso de nuestro pensamiento, de este modo tenemos un idioma común para poder entendernos cuando hablamos de estas cosas.

Uno de los mejores ejemplos que se me ocurren ahora mismo de pensamiento lateral aplicado a los juegos de rol son los aspectos de Fate. Una forma distinta de entender el concepto de las características y de sus, casi siempre, bonificadores asociados. Seguro que a ti se te ocurrirán muchos más si piensas en ello. Este no es más que un ejemplo de una solución a un sistema de reglas; imagina la variedad de enfoques con los que es posible abordar los elementos de una narración. Si no fuese por esta diversidad, no tendríamos acceso a la vasta colección de obras que existen en el mundo en nuestros días.

Comprendiendo las técnicas

No importa cuántas veces tenga que repetirlo: todos somos creativos, todos. El conocimiento de los procesos que intervienen nos ayudará a disponer de herramientas para ser más eficaces. Unas herramientas, o técnicas creativas, que nos ayudarán a mejorar. Al practicarlas conseguimos que nuestras ideas fluyan con más facilidad, lo que conlleva que aumenten las probabilidades de encontrar aquellas que son realmente excepcionales.

Ya sea como narradores o jugadores, en el mundillo de los juegos de rol hemos utilizado muchas veces algunos de estos procedimientos. Y es que una de las cosas más bonitas de los juegos de rol y de mesa es que muchos de sus mecanismos están relacionados con técnicas que se utilizan en el desarrollo creativo. En el hobby es común decir que somos muy creativos porque jugamos a un juego creativo: es cierto, pero también conviene recordar que es posible aplicar la creatividad a muchos aspectos de nuestra vida. Nuestra calidad de vida puede aumentar si aplicamos la creatividad a nuestra vida sentimental, familiar y profesional. Pero de nada sirve entender la naturaleza de la creatividad y conocer las técnicas si por tu parte no hay una intención proactiva de trabajo, dedicación y constancia.

Antes de comentar algunas técnicas es conveniente entender un par de cosas. La primera es la importancia de un ejercicio que desde muy antiguo hemos venido llamando ritual. Esto nada tiene que ver con sacerdotes entonando cánticos frente a un altar o con brujos agitando un sonajero con plumas. Se trata de un ejercicio de preparación y autosugestión psicológica. De su eficacia no debemos, o al menos deberíamos, tener ninguna duda.

Cuando llegaba el momento en el que los indios americanos se retiraban para encontrar su espíritu-guía se estaban preparando mentalmente para un cambio trascendente en su vida. Volvían días después transformados por completo en otra persona. Por muy místico que resulte, este proceso nada tiene que ver con lo sobrenatural, es un asunto de psicología. El ritual, entendido como una técnica, nos prepara psicológicamente. Lo que nos devuelve a algo que ya comenté en el artículo anterior, a cómo nuestros pensamientos moldean nuestra mente.

Una boda es un ritual, del mismo modo que lo es un funeral; dedicar unos minutos a practicar delante del espejo antes de dar un discurso o hacer un examen oral también lo es; hacemos un ritual al tener unos momentos antes de atrevernos a cortar una relación; lo mismo antes de acercarnos a esa chica que está sentada en la barra del bar; dar un paseo antes de hacer una entrevista de trabajo, y mil cosas más de nuestra vida cotidiana. No desestimes su eficacia cuando asimiles y pongas en práctica las técnicas que existen para ayudarte a mejorar tu creatividad. Si están ahí es por una razón. Aunque, como veremos, algunas acciones y ciertas actitudes se deben más a otros intereses que a su verdadera eficacia como técnicas creativas, por ejemplo, beber alcohol o vestirse de una manera que llame la atención.

Otro punto importante que hay que recordar es que cada uno puede crear sus propias técnicas. Existen muchas y si exploras esta materia comprenderás que nada impide que añadas la tuya. Salvador Dalí, por ejemplo, tenía una técnica de su invención muy peculiar… Sentado en una silla recta y con los pies metidos en una jofaina de agua, sostenía un plato con una mano y una cuchara en la otra apoyada en el borde del plato; y así se pasaba horas… Cuando, ya adormilado, algo de todo este mecanismo caía al suelo, las ideas volaban provocando destellos en su mente… ¿Una técnica?, ¿un ritual?, ¿una tontería? No importa, de verdad que no. Lo que merece nuestra atención es que Dalí había elaborado un ritual basado en hacer casi una mofa de sí mismo que le funcionaba.

Creatividad 522px-Salvador_Dali_in_chair_Allan_WarrenAndy Warhol, por otra parte, encontró su inspiración en la banalidad de lo cotidiano, que aprovechaba para crear una imagen pública. Lo que pocos saben es que todo él, incluyendo su actitud, era el ritual de un gigantesco performance que mantenía activo en todo momento. Él usaba su propia imagen, una especie de desdoblamiento, y lo que condenaba de la sociedad de consumo lo ponía a su servicio como fuente de ideas.

Algunas técnicas creativas

Está más allá del propósito de este artículo describir las técnicas una por una y en profundidad; para saber más debes investigar por tu cuenta. En algunas de las que comento a continuación hay un enlace a la Wikipedia que las explica con más o menos detalle. Recuerda que son muchas, estas solo son algunas de las más conocidas.

En muchos casos lo ideal es combinar unas y otras para resolver o abordar problemas diferentes. La unión de todas ellas entendidas como una caja con distintas herramientas es lo que permite desarrollar todo su potencial.

La lluvia de ideas

La lluvia de ideas o brainstorm es sin duda la técnica más conocida. Reconócelo, cuando le hablas de pensamiento creativo a cualquiera lo primero que te dicen es: «¡Ah!, es ese rollo de la tormenta de ideas ¿no?». Tanto es así que mucha gente piensa que es la única, o la considera la receta mágica del pensamiento creativo; ni mucho menos. La realidad es que la lluvia de ideas mal entendida ha hecho mucho daño. Es un buen recurso si se trabaja bien, pero se ha utilizado de forma sistemática y sin control; además de ser la única que se suele poner en práctica.

Hay que respetar su procedimiento, adecuándose a lo que se pretende. Es vital liberarse de los prejuicios, respetar las ideas que surgen y a todos los participantes. Asistí a demasiadas reuniones en el pasado que no eran más que una excusa para matar las horas de trabajo. En ellas la mitad de los miembros no paraba de burlarse de lo que decía la otra mitad, el jefe de la reunión el primero; o lo que es peor, este arremetía contra las ideas de unos miembros determinados por cuestiones personales, o directamente contra toda la sección femenina allí presente (verídico). Y es que una cosa está clara, al igual que la tacañería es la peor enemiga de la elegancia, la mediocridad lo es de la puesta en común.

La lluvia de ideas es útil para proyectos de muchas clases, pero en mi opinión creo que funciona mejor cuando se trata de cosas concretas. En el ámbito de los juegos de rol, que es el tema que nos interesa, es estupendo para elaborar por ejemplo una ambientación, o incluso un mundo abierto (sandbox) entre varios colaboradores, inventando nombres, lugares, accidentes geográficos, etc. Permite elaborar con facilidad ideas para escribir aventuras y, sobre todo, para elaborar listas, por ejemplo: hechizos, trampas, objetos mágicos, objetos de tesoro, criaturas, etc. En una sesión no es difícil llegar a hacer una lista de 100 entradas.

El mapa mental

Mi sistema favorito sin duda pero, como siempre, una cuestión de gustos. El mapa mental consiste en un gráfico donde se relacionan palabras, imágenes y elementos asociados a conceptos e ideas. Existen muchos programas para hacerlos y hay mucha documentación disponible. Si no lo conoces es conveniente que le eches un vistazo al enlace para entenderlo.

Se utiliza incluso en terapia por los profesionales de la salud mental, para el desarrollo de negocios o para elaborar guiones de cine y televisión. A mí el mapa mental me parece estupendo para elaborar ideas complejas, como una novela, una aventura con muchas subtramas o una ambientación. Dyss Mítica, por ejemplo, es el resultado de muchos mapas mentales dibujados en cartulina que conservo con cariño.

Me parece una técnica muy efectiva que te puede dar muchas sorpresas, pero requiere práctica. Si tienes paciencia, descubrirás poco a poco que tus mapas son cada vez más eficientes.

seis_sombreros_Creatividad_debonoLos seis sombreros

Aunque sirve como método para tomar decisiones en grupo, en mi opinión también es de gran utilidad como herramienta analítica de ideas y para buscar soluciones a problemas. Algo similar a lo que sucede con el análisis DAFO, aunque eso vaya por otros derroteros. La técnica de los Seis sombreros para pensar fue desarrollada por Edward de Bono en el libro que he citado en la primera parte de este artículo. En el destino del enlace puedes conocer sus nociones más importantes.

La técnica sugiere usar sombreros de distintos colores asociados a un proceso de pensamiento: uno la actitud objetiva, otro la positiva, otro la emocional, otro la más crítica y negativa, otro para pensar en alternativas y el último para el control de todo el proceso. Esto compone un ritual que nos ayuda a desarrollar un proceso óptimo de eficacia comprobada. No hay que usar un sombrero real si no se desea, basta un gorro o una cinta. Por supuesto, no son pocos los que obvian los elementos físicos, pero pienso que es importante no infravalorar su eficacia. Los componentes físicos intervienen a través de nuestros sentidos, el tacto, la vista…, y apoyan la técnica. Para comprender esto un poco mejor, mi consejo es que investigues sobre los procesos psicológicos que intervienen en los rituales; un producto directo de la mente simbólica del ser humano.

La técnica de los sombreros puede ser muy útil para analizar cualquier proyecto, desde la elaboración de un juego de rol hasta tomar la decisión de emprender el proyecto de traducir y publicar uno.

Uso de la empatía

Una técnica tan simple como esforzarse en ponerse en el lugar de otro para abordar un problema o buscar ideas. ¿Ponerse en la piel de otro? Espera, ¡pero si eso es jugar al rol!

En efecto, el juego de rol es ya de por sí un ejercicio y una técnica creativa; en él se plantean situaciones de crisis que no podrían darse en condiciones normales. Así, es posible adquirir el punto de vista más adecuado para enfocar el problema. ¿Cómo actuaría un soldado en una batalla? ¿Y un poderoso guerrero encerrado en un laberinto infestado de criaturas? La técnica de la empatía se utiliza incluso para solucionar conflictos en las empresas, tanto externos como internos. Los famosos negociadores, por ejemplo, estudian técnicas de empatía pues también negociar exige de mucha creatividad ¿lo habías pensado alguna vez? Ponerse en la piel de otro, imaginar cómo actúa, te ayuda a resolver mucho mejor las situaciones; ese es su potencial, ahí está la verdadera magia del juego de rol más allá de la mesa de juego. Se utiliza porque es útil y porque funciona.

Yo uso a menudo la empatía para obtener ideas sobre cómo enfocar el problema de otra persona. En mi hobby favorito, lo uso para inventarme un PNJ o para saber cómo reaccionaría una criatura con una serie de rasgos concretos. Caray, lo utilizo incluso cuando comparto información o me comunico a través de las redes sociales. La empatía forma parte de la comunicación y como tal, está más presente de lo que imaginamos.

Trata de ponerte en la mente de un jugador, o de todos ellos, e intenta averiguar qué tipo de aventuras desean; seguro que lo has hecho en más de una ocasión. No viene mal investigar un poco más sobre esta técnica, es muy interesante.

El desdoblamiento

Una técnica que comento por lo «peculiar» que resulta. Dudo que encuentres mucha información sobre ella, pues entra más en el ámbito de las técnicas que se inventa cada uno. Algunos terapeutas usan el desdoblamiento para tratar problemas mentales, pero no han sido pocos los creativos que la han venido usando desde hace tiempo. Sí, en efecto, el desdoblamiento también es jugar al rol, una técnica de creación por sí misma, pero en este caso el creativo siempre asume el mismo papel, que se convierte en una segunda consciencia… y una segunda piel.

Aunque al igual que con la empatía es posible asumir cualquier número de roles, lo normal es que solo se asuma uno, dos como mucho. El creativo se viste con su segundo yo y lo asume a un nivel muy profundo, algo difícil de describir y de comprender por los demás. No es raro que algunas personas lo utilicen a su vez como forma de escape, especialmente si han sufrido algún trauma en sus vidas; como ya se mezclen asuntos de identidad de género el resultado puede ser bastante curioso.

La parte negativa de todo esto es que una vez más el poder del ritual está presente, salvo que en esta ocasión se vuelve contra el individuo, que se acostumbra a asumir su segundo yo para sentirse creativo y poder trabajar. En el peor de los casos puede sentirse incapaz de tener ninguna idea si no lleva a cabo su ritual, lo que sin duda es un problema que deberá resolverse con terapia.

Algunos artistas, sobre todo escritores, han reconocido en sus biografías haber optado por el desdoblamiento asumiendo otro rol por muchos motivos: adquirir seguridad, obtener otro punto de vista… Algunos artistas plásticos también, que aseguraban ser poseídos por una entidad mientras trabajaban en sus obras. Seguro que más de una vez has oído hablar de cosas así. Es frecuente también en los actores, que son incapaces de abandonar su papel una vez se bajan del escenario o que surge durante su vida privada (conocí un caso). Con los actores sucede muchas veces mientras esté en cartel la representación si se dedican al teatro, o hasta que finalizan un rodaje si es el cine o la televisión. Como detalle curioso, también es muy frecuente en los humoristas o en los que hacen monólogos. Recuerdo que el actor Jim Carrey dedicó una de sus películas a un humorista que experimentaba profundos cambios de personalidad al subir al escenario. Son casos donde, si lo meditas un poco, el desdoblamiento tiene una razón de ser, convirtiéndose en una técnica muy útil. En resumen, un asunto apasionante que podría llenar muchas páginas.

Las provocaciones

Desarrollada también por el Dr. De Bono para reforzar el pensamiento lateral, consiste en forzar de alguna forma un concepto o idea para crear relaciones interesantes de ellos.

Hay varias formas de hacer provocaciones. Una que me gusta mucho es negar la propiedad de un concepto para examinar qué podemos extraer de él. Por ejemplo, imagina, qué se yo…,  que negamos que Sauron es malvado. A todo esto… ¿sabes quién es Sauron verdad? De ello podríamos extraer que lo que hace se debe a otras causas… Igual resulta que lo han obligado y no tiene más remedio el pobre, o que en realidad lo hace, ¡ejem!, ¿quizás por amor…? ¡¿Quién sabe?! El caso es que es indiscutible que al hacer la negación ya han comenzado a surgir ideas curiosas. Este tipo de provocaciones son muy divertidas.

Otra forma muy interesante de hacerlo es exagerar algo. Por ejemplo, imaginemos que el Papa —el que sea, da lo mismo— en realidad es un maníaco sexual. Por las noches abre un compartimento secreto al girar un candelabro, se viste con una capa, se cubre con un sombrero y salta por la ventana para ir a rondar por todos los conventos de Roma buscando a las jóvenes novicias. Allí por donde pasa lleva consigo al Espíritu Santo… La idea no solo es graciosa, la provocación también nos ayuda, exagerando un rasgo, a poner a alguien en contexto, ver cómo nos gustaría que fuese o, todo lo contrario, detectar que lo que pensamos de él no es real. Es ideal para revelar prejuicios o romper estereotipos.

Hay otros modos, como decir una palabra y encadenar otra relacionada de alguna manera. Esto sucede mucho por cierto cuando haces un mapa mental, lo que indica cómo es posible utilizar muchas de estas técnicas al mismo tiempo.

Hacer analogías

La analogía es también una estupenda herramienta enfocada al pensamiento lateral; con ella se relacionan varios conceptos. Un buen ejemplo de analogía se aplica en los sistemas de magia por ejemplo, relacionando que la sangre simboliza la vida, el corazón las emociones o que el cabello permite tomar el control de un individuo. Y si lo hace el cabello, también pueden hacerlo las cuerdas de una marioneta ¿verdad?

De la analogía se pueden generar muchas ideas. Aquí he utilizado imágenes familiares, conceptos que conocemos muy bien, pero si nos esforzamos podemos crear nuevas analogías que se salgan de lo común, y con la práctica cada vez mejor. Por ejemplo, un hechizo en el que pulverizando una piedrecilla rompemos la rueda de un carro o fastidiamos la pata de un caballo; la gotas de sangre de una criatura que allí donde caen hacen crecer árboles fuertes y sanos…, o incluso las semillas de un imperio, cosas así. No hay límites.

La analogía sirve para muchas cosas, pero también es muy útil para romper los estereotipos. Por ejemplo, si vemos un avión volando, podría tratarse en realidad de un coche volador o de un gigantesco pájaro mecánico. Una enorme nube con forma de pájaro puede ser el camuflaje de una aeronave, o el sueño hecho realidad de un niño de ocho años que tiene pesadillas en ese mismo instante…

Hacer analogías no es solo muy divertido, es también un ejercicio y un pasatiempo estupendo para desarrollar nuestras habilidades creativas. Si un día me encuentras tomándome un café en un bar mientras mantengo la mirada fija en la taza, hay muchas posibilidades de que esté jugando en mi mente a hacer analogías.

La inversión

Consiste en tomar un problema y darle la vuelta para tratar de llegar a la solución; un método de intentar abordarlo desde otro ángulo. Mediante esta técnica se pretende forzar el uso del pensamiento lateral obligándonos a ver el opuesto de un problema determinado. Una vez lo tenemos claro es posible dar con una solución desde ese punto de vista.

La tan conocida fórmula de la ingeniería inversa es una forma de esta técnica por ejemplo. Otro buen ejemplo, muy conocido en el mundo friki, podrían ser los viajes espaciales al estilo Dune. Puesto que es imposible superar la velocidad de la luz y viajar a estrellas y galaxias muy lejanas sin que nos brote una barba de tres kilómetros, invertimos el problema. Es el espacio el que se pliega sobre sí mismo, por lo que la nave en realidad no se ha movido de su posición original. Ya está, solucionado. Ya tenemos viajes espaciales al rincón más remoto del Universo en un instante.

Es un sistema muy eficaz para solucionar problemas, por ejemplo, los que surgen durante la creación de un sistema de reglas, o para crear aspectos de una ambientación. He tenido ocasión de poner en práctica la técnica de la Inversión cuando trataba de averiguar cómo construir un modelo para las estaciones y el clima en Dyss Mítica; que no es que le hiciera falta, pero que a mí me apetecía mucho. Dyss es un mundo plano, con los problemas que eso supone para este tipo de cosas. Por mucho que roten los astros alrededor no va a calentar la superficie tal y como sucede con una esfera. Por lo tanto, en lugar de pensar en astros girando me imaginé que el propio mundo ya se calentaba él solito, lo que es una forma de darle la vuelta al asunto. De este modo se me ocurrió lo de un corazón latiendo, una idea que me gustó tanto que cuando apareció solté un grito de júbilo, pues era exactamente el tipo de cosas que andaba buscando. La técnica me sirvió también para solucionar algunos asuntos con las tiradas y con algo que yo llamo la «naturaleza del personaje».

Como ves, esto solo son ejemplos que yo he usado de una técnica aplicada al diseño de un juego; que las soluciones sean mejores o peores es otro asunto. En lo que a ti respecta, lo que debes de entender es que puedes usar estas técnicas —todas ellas— para tus propios fines, y tener confianza en que si piensas el tiempo suficiente en un problema, la solución siempre termina apareciendo.

Y en el siguiente artículo…

En la tercera y última parte me gustaría comentar algo que me parece muy importante: algunas ideas erróneas asociadas a la creatividad. Será el último de la serie. Hasta entonces, te deseo buenas ideas.

Continuará…

Edanna, sello personal