Tiene un humor de perros y es un genio. Las dos cosas lo hacen especial.

No hay nada como una estupenda bomba nuclear estallando en el cerebro para que uno de lo mejor de sí. La creación es así, si no, una puesta de sol no sería tal pues es necesario un sol emitiendo a trillones de megavatios para que cada atardecer nos quedemos contemplando de nuevo el espectáculo días tras día.

Este post llega tarde, pero yo regresé ayer de Canadá con el alma encogida y una pena profunda. La de dejar atrás una tierra en la cual cada ocaso te deja sin aliento.

Por un trillón de Megavatios, gracias Astharoth.