Mi pequeño prisionero

Por |2011-02-07T01:29:25-05:00febrero 7th, 2011|Todas las cosas jamás soñadas|

Cada día subía al desván donde, sujeto a una cadenilla de plata, mantuve a mi ánimo encadenado. Hace tiempo que lo tenía prisionero, no tenía más remedio. Él, adoraba tumbarse dentro del cálido cuadradito luminoso que un rayito de sol arroja sobre las tablas, alrededor de la media tarde. Cuando subía a visitarle solía hacerse el dormido. Me sentaba, próximo a él, y escuchaba su respiración lenta, sosegada, como una brisa entre