nieve

Rojo sobre blanco

Por |2013-02-26T21:02:06-05:00febrero 26th, 2013|Libro de horas, Todas las cosas jamás soñadas|

La noche pasada, de madrugada, los lobos mataron a un ciervo detrás de la casa. La nieve teñida de púrpura centelleaba bajo la luz de la mañana. Alrededor de sus ojos vidriosos, aún con la mirada perdida tras el velo de su muerte, el animal continuaba resplandeciendo de belleza. Los vi desde mi ventana, en lo alto de la vieja casa, corriendo alegres por los campos, jugando a sus juegos traídos desde

Mi pequeño prisionero

Por |2011-02-07T01:29:25-05:00febrero 7th, 2011|Todas las cosas jamás soñadas|

Cada día subía al desván donde, sujeto a una cadenilla de plata, mantuve a mi ánimo encadenado. Hace tiempo que lo tenía prisionero, no tenía más remedio. Él, adoraba tumbarse dentro del cálido cuadradito luminoso que un rayito de sol arroja sobre las tablas, alrededor de la media tarde. Cuando subía a visitarle solía hacerse el dormido. Me sentaba, próximo a él, y escuchaba su respiración lenta, sosegada, como una brisa entre

El secreto de la felicidad

Por |2011-02-02T18:20:57-05:00febrero 1st, 2011|Todas las cosas jamás soñadas|

Alguna vez ya planteé esta cuestión en Lavondyss, otras veces tiempo atrás; y no encuentro razón para no seguir haciéndolo. Canadá es una tierra gélida en invierno. La nieve cubre unos bosques que se extienden hasta perderse en las lejanas distancias, en todas direcciones. Si caminando eres capaz de alcanzar tu horizonte, todo cuanto dejaste atrás en tu peregrinación comienza a desplegarse de nuevo ante tus ojos, extendiéndose otra vez con nuevos

Extractos

Por |2011-01-31T15:53:36-05:00enero 29th, 2011|Todas las cosas jamás soñadas|

[...] La vio cruzar súbitamente a través del paso del este, un borrón entre los helechos que exhalaba una nube de hojas de septiembre. Tan hermosa que el invierno se antojaba verano de tanta sangre inquieta. Sus miradas se cruzaron una sola vez, y atravesándolo, lo dejaron postrado como la corteza del abedul que se prepara para el invierno, sin una razón para seguir guardando aquel cascarón perdido entre el suelo del

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