literario

El camino blanco

Por |2011-03-04T01:31:42-05:00marzo 4th, 2011|Todas las cosas jamás soñadas|

A mí me gustaba recorrer siempre los caminos nuevos. Los senderos cubiertos de huellas blancas firmadas con la tinta invisible de los sueños. Los que tienen aroma a nuevo y a pan del que se hace al alba y se acepta con una sonrisa en los labios. Pero los espinos me hirieron en la planta de los pies y no pude sino rodar. Alambre amargo teñido de púrpura. Más óxido para mis

Secretos de la calle

Por |2011-02-24T22:48:11-05:00febrero 24th, 2011|Libro de horas, Todas las cosas jamás soñadas|

Esta mañana, al alba, mientras la última luna de febrero aún centelleaba en el firmamento, vi las farolas de la calle Somers curvar sus esbeltos y largos cuellos para alcanzar así los charcos y beber en silencio. Las contemplé desde mi escondrijo, tan elegantes, tan discretas. Se mecen como espigas al sol, como altas jirafas, como tallos que pliegan al arrullo del largo invierno, emitiendo un leve murmullo que se extiende a

Mi pequeño prisionero

Por |2011-02-07T01:29:25-05:00febrero 7th, 2011|Todas las cosas jamás soñadas|

Cada día subía al desván donde, sujeto a una cadenilla de plata, mantuve a mi ánimo encadenado. Hace tiempo que lo tenía prisionero, no tenía más remedio. Él, adoraba tumbarse dentro del cálido cuadradito luminoso que un rayito de sol arroja sobre las tablas, alrededor de la media tarde. Cuando subía a visitarle solía hacerse el dormido. Me sentaba, próximo a él, y escuchaba su respiración lenta, sosegada, como una brisa entre

Carta de Don Gregorio.

Por |2010-05-21T23:18:12-04:00marzo 6th, 2010|Libro de horas, Todas las cosas jamás soñadas|

Carta de D. Gregorio. (La lengua de las mariposas). Querido amigo: Tuviste suerte al marcharte a Buenos Aires. A mí, ya me llevan a matar. Muy magullado, pero más por las palabras que por las pedradas. Especialmente por las de todos aquellos que más quise. Las palabras son como los gusanos de seda, envueltos en capullos que florecen cuando llega la primavera del terror y los dramas, explotando al fin con todo

El guardián del violonchelo

Por |2011-01-28T18:23:10-05:00febrero 16th, 2010|Libro de horas, Todas las cosas jamás soñadas|

Fue él quien se dirigió a mí con su voz conformada por las notas elegantes de un violonchelo, mientras me encontraba contemplando las aguas del Moldava, desde el lado Oeste del puente de San Carlos. Allí frente a frente, en su traje con chaqueta de azul perfecto, ese que con elegancia se encamina hacia el negro, me dirigió una sonrisa cortés, estrechándome la mano. Fue entonces cuando fui consciente de que en

Luces y reflejos

Por |2012-02-09T21:48:16-05:00enero 28th, 2010|Regiones míticas, Todas las cosas jamás soñadas|

Existe una joven dama a la que le gusta coser bajo la luz de un enorme ventanal, todas aquellas labores que por hacerse, protestan desde ese lugar que en alguna parte reclama por su momento.  Cuando ella se entrega a su tarea con el sol de la media tarde, entre punte y despunte, las cristaleras de su balcón se visten de ella. Corren abajo los niños entre las piedras de la calle,

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