La Tierra de Dyss

La Tierra amarga de Isan Reese

Por |2009-06-26T17:31:23-04:00junio 9th, 2009|Dyss Mítica, Libro de horas, Regiones míticas|

Tengo una tierra en la cual nada crece, salvo destellos de lo que una vez pudo ser y no fue. Esto ocasiona que allí, el sabor de una arena dorada se mezcla en la miel de mi bebida. Aún, después de probarla infinidad de veces, no la reconozco. Lo cierto es que no sé qué hacer con ella nada en absoluto. En la Tierra de Isan Reese hace mucho tiempo que se

Un mapa que respira

Por |2011-01-28T18:53:59-05:00mayo 28th, 2009|Dyss Mítica, Regiones míticas|

Una bahía, dos montañas, dos bahías, un estrecho, dos océanos, tres cordilleras, una cordillera, tres ríos, otro mar, otra bahía, otro río, aquí va el bosque, no... aquí. Dos bahías, tres montañas, un estrecho, el océano no va aquí. Un par de ríos más, total, ni que le fuera a importar a nadie. Vaya... ¿Por dónde iba?

De las lunas y el sol

Por |2009-05-01T14:01:12-04:00mayo 1st, 2009|Dyss Mítica|

Sobre La Tierra de Dyss Del sol y su estela Un sol llameante surge cada mañana por el borde Oriental del mundo. Traza su camino dejando tras de sí una estela clara en el firmamento. Una estela si. Una estela de unos quince grados de arco acompaña al sol en su viaje a través de los cielos. Una huella diáfana a la luz del día que se puede avistar con claridad. Dicen

Visiones de una tierra distante

Por |2008-11-15T18:55:20-05:00noviembre 5th, 2008|Dyss Mítica|

En aquel país, los granjeros siguieron trabajando como siempre durante el día, pero al anochecer cuchicheaban junto a las chimeneas y por las noches soñaban. Poco a poco, alimentados por esos cuchicheos y esos sueños, los árboles del bosque crecieron, las zarzas se espesaron y las verdes culebras anidaron en los troncos. Entonces el castillo se reconstruyó a sí mismo, las nubes se enroscaron en sus almenas y torres, y Ella regresó

Nuevos vientos desde Dyss

Por |2008-11-03T01:24:06-05:00noviembre 2nd, 2008|Dyss Mítica|

Volvieron los brillos a llevarme de vuelta a mis tierras del sueño. Dyss bendito que no quiso nunca ni amo, ni dueño. Allí quiero morir, acurrucada en la llanura. De hierbas verdes y altas, con el viento del Oeste cantándome canciones de cuna. Las luces que surgieron de esa tierra me llevaron, de vuelta al lugar que nunca debí haber descuidado. La tierra de Dyss, me vio nacer, allí morí. Allí moriré.

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