cuento

Luces y reflejos

Por |2012-02-09T21:48:16-05:00enero 28th, 2010|Regiones míticas, Todas las cosas jamás soñadas|

Existe una joven dama a la que le gusta coser bajo la luz de un enorme ventanal, todas aquellas labores que por hacerse, protestan desde ese lugar que en alguna parte reclama por su momento.  Cuando ella se entrega a su tarea con el sol de la media tarde, entre punte y despunte, las cristaleras de su balcón se visten de ella. Corren abajo los niños entre las piedras de la calle,

El país de los deseos

Por |2010-05-21T23:05:56-04:00noviembre 26th, 2009|Libro de horas, Regiones míticas|

Aquel cine suponía la zona franca. Allí donde la verdad de las cosas no importaba y los anhelos se convertían en sucesos. Al menos, durante un par de horas. Ella y yo solíamos ir al cine. Siendo amigos solamente, jamás compartimos nada más allá de lo que la amistad concede. No fuimos pareja, no mantuvimos ninguna relación y nunca le robé un beso, pese a que era el mayor de mis deseos

Los niños salvajes (revisado)

Por |2009-10-25T01:06:45-04:00octubre 25th, 2009|Regiones míticas, Todas las cosas jamás soñadas|

Entre un revoloteo de hojarasca y los últimos rayos de sol arrastrándose a través de los árboles, llegaron los niños salvajes. Iban prácticamente desnudos, cubriéndose con lo que habían encontrado en sus vagabundeos y lo que ellos consideraron que podía servir de atuendo. El que fuera digno era el menor de sus problemas. Algunos llevaban una camisa, blusa o pantalón bastante raído. Otros se vestían apenas con una manta. Con suerte alguno

El trono de la Reina Valaria

Por |2009-09-18T23:43:41-04:00septiembre 12th, 2009|Dyss Mítica, Regiones míticas|

Hay ante el trono de La Reina Valaria, ochocientos ochenta y seis escalones. Los mismos que habitaciones hay en la morada del coleccionista, miles de millas más al este. Cada peldaño lleva esmaltado un sello en cuyo centro se haya circunscrito el ave de presa por medio de la serpiente, y podrían verse más claramente y con detalle, si uno no tuviese que retirar con cuidado la alfombra de huesos que yacen

Mifune

Por |2009-09-12T21:44:08-04:00mayo 11th, 2009|Regiones míticas, Todas las cosas jamás soñadas|

Mifune saltó fuera del guardarropa que hay bajo la escalera, con ese aire indolente que tanto la caracteriza. Envuelta en una nube de perfume de rosas, extrañas hojitas y plumas de diente de león adheridas a los bigotes. Pasó al lado de la niña, sin dignarse a dirigirle tan siquiera una mirada, perdiéndose escaleras arriba con aire satisfecho. Mamá ya le había advertido varias veces que no dejara entrar a su gata

Visiones de una tierra distante

Por |2008-11-15T18:55:20-05:00noviembre 5th, 2008|Dyss Mítica|

En aquel país, los granjeros siguieron trabajando como siempre durante el día, pero al anochecer cuchicheaban junto a las chimeneas y por las noches soñaban. Poco a poco, alimentados por esos cuchicheos y esos sueños, los árboles del bosque crecieron, las zarzas se espesaron y las verdes culebras anidaron en los troncos. Entonces el castillo se reconstruyó a sí mismo, las nubes se enroscaron en sus almenas y torres, y Ella regresó

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