Lo «retro» nos persigue, no podemos escapar. Va con la edad, con los años y con los cardos que crecen a lo largo del camino. Los cardos son como la tónica. Tienes que probarla unas cuantas veces para que te haga tilín. Pero con el tiempo, tragarás tónica.

A mí me sigue sin gustar la tónica, sin embargo los cardos cada vez me gustan más.

( Si no entiendes una sola palabra no importa, tu sigue con lo tuyo).