Puesto que aquí ni el Papa es ningún santo, y el hecho de que ser poseedor de un gran poder supone una gran responsabilidad…, los de la escuela de magia de Howards se han visto obligados a recurrir a un importante estudio de diseño en Milán para lanzar su campaña de concienciación sobre la joven población estudiante que, por culpa de sus nuevos conocimientos, están logrando instaurar toda una nueva sección de delitos en los libros de leyes. Un grueso tomo lleno de nuevos casos cuyos pliegos ya empiezan a sentar jurisprudencia.

Bajo su lema: "Las pociones de amor no equivalen a consentir", las autoridades tratan de advertir a los jóvenes sobre las consecuencias que tienen sus actos. Porque ya se sabe, en nuestras regiones míticas, todo es posible.

Sin embargo, su autora reconoce que en esta broma hay también un pedacito de amarga verdad y es que a través de la ficción, trata de transmitir un mensaje de una forma más eficaz. Un mensaje que de otra manera, al estar dirigido a un sector muy impermeabilizado hacia los medios de comunicación, no se mostraría tan receptivo. Un ejemplo muy interesante de cómo los productos culturales pueden servir para hacer llegar un mensaje desde nuestras Regiones Míticas de una forma más eficaz sobre asuntos relacionados con nuestros derechos, asuntos que atañen a lo que a mí me gusta llamar nuestra Realidad Básica .

Vía: Ashtray Boy