El bosque calla en estos dias.
Son los dias del estío.
En el calor de la tierra se gesta todo lo que dará paso a la próxima estación.
En los dias del estío la tierra no entiende de iras. Si cae sangre a la tierra, esta se resquebraja y se abre, para absorber el púrpura a lo más profundo de sus entrañas, pues no hay peor daño para la tierra que el pecado de la ira.
Ahora la tierra vive, y la niña con sus brazos abiertos, corre por la hierba, bajo la sombra de la arboleda. Abre sus manos como si volara. Casi puedo escuchar el batir de sus alas.
El son de sus alas…
Ainoha se siente feliz, libre de pesares. El verano la llena de vida y la libera de preocupaciones. Y yo, solo por eso le doy las gracias a los meses del estío.
Los insectos huyen ante su carrera desenfrenada, riendo y saltando entre las agujas de pino.
Ainoha tiene alas para volar. Ainoha es un ave.
Y la tierra la recibe, con la calidez y la tibieza de un abrazo suave, de un dulce beso de ternura.
Mis pasos detrás de ella son lentos. El dolor crece, me siento muy cansado. En breve me sentaré bajo un amigo frondoso a escuchar sus risas toda la tarde.
Quiero estar en silencio, para escuchar el batir de sus alas.
El son de sus alas…
Como siempre, elijo el árbol más viejo del pinar. EL tronco más viejo. El árbol más antiguo.
Me recibe, bajo sus ramas, prepara un trono para mí, como si se amoldara, como si me enterrara en cojines de seda.
Ainoha recoge piñones, sus brazos están llenos y son grandes como puños. Se le caen por un lado, se agacha a recogerlo, se le cae otro.
Mañana inicio mi viaje. Pero me preocupa el dolor. Si estoy así, no se me va a dar muy bien el ir de turista. Mi mente empieza a perderse en planes, dentro de planes…
-Puedo llevar glucosa, pienso, si eso me puede ser útil. Si pudiese llevar la novocaina que me sacó mi amigo enfermero de…Uff, si claro, y me paso el dia con la gota de saliva en la comisura como un tonto…Madre mia si se entera Don jesús el neurólogo que tengo novocaina me cuelga de los pies sobre un barreño de pirañas…
-¿Ico no me había dejado marihuana para infusiones? podría…¡Cada vez soy más listo! Llevar Marihuna en la maleta es lo más inteligente que se me ha ocurrido, seré estúpido…
hmm, puedo abrir las pastillas de nolotil y decantarlo para sacar el excipiente y entonces…No, no hay tiempo, bueno mejor llevar dobledósis de todo y entonces…
-¿Te cuento el cuento del pez arcoiris Edanna? me interrumpe la niña.
Mi nubecilla de pensamientos se evapora con un vaho leve.
-Eh!, ah claro princesa, venga te escucho…
Ainoha comienza a contarme la historia de un pez que tenía una escama de cada color, y por tanto se llamaba el pez arcoiris. Pero era muy presumido, y cuando los otros peces le pedían una escama , el pez arcoiris se negaba. Al final se queda sin amigos, y despues de darse cuenta en su soledad de este hecho, empieza a regalar una escama a cada pez, al final se queda con muchos amigos y una sola escama.
Esto en resumidas cuentas.
La niña cada vez cuenta mejor, hasta sus inflexiones de voz me sorprenden. Será una gran narradora, y si sigue con el teatro. Será muy buena actriz.
– Bien cariño, bravo, solo trata de cambiar más los tonos de voz cuando imitas la voz de los peces y cuando cuentas con tu voz, esta es la voz del narrador. Venga cuéntalo otra vez. Le apunto.
Ella lo hace mejor, le hago dos apuntes más, es todo. Ella está contenta, le encanta contar cuentos.
Se aleja de nuevo, esta vez recoge un palito, y al rato ese palito son más de mil objetos diferentes en su imaginación. Se hace cientos de juguetes, con un simple palito.
Qué divertido era, en la infancia, que un simple palo fuera todo cuanto necesitara para pasar una tarde. Ahora, un palo es eso, un simple trozo de madera.
Y yo pensando en medicinas y drogas…
-Bueno, pienso, si me duele me duele, lo que me preocupa es la debilidad…esta debilidad…
-Tengo miedo …
– Otra vez, estoy tan cansado…
-Me he operado tantas veces, cuando acabará esto…
-No es justo.
-Pero la justicia divina no existe, recuerdo, es una de mis frases más célebres. Es algo heredado de las religiones.
-las cosas pasan y no se puede pedir explicaciones a nada ni a nadie, entidad, ser omnipotente, o cámara de diosesillos silvestres…
– >ES el legado cultural el que siempre nos hace pensar en mala suerte, justicia divina, o castigo infernal. Esos conceptos están tan arraigados en nuestra psique, que nos hacen preguntarnos siempre una y otra vez las mismas cuestiones.
– Es increible somos producto de muchas ideas equivocadas, culturalmente, educación…
-Los curas del colegio decían cada estupidez, dios mio…cuanto tiempo perdido…
-«El tiempo no se pierde, no es nuestro». Me dijo una vez Ico.
-Como le irá, allá en el desierto. Se debe estar asando de calor.
La envidié unos segundos…la paz del desierto. Cielo y tierra. Y tú.
Nada más.
Qué maravilla para el autoencuentro…
Pensé en …, no soporta la soledad, desea tanto tener amigos, que la quieran , que la cuiden …es tan impaciente…
Siento impotencia. De nuevo me invade la tristeza.
-Yo he vivido solo tanto tiempo…años…A veces dias y dias sin salir. Entregado a una obra, un dibujo, un escrito. Un plano o proyecto del iter. O simplemente jugando en los Mundos Online.
No , no me importaba. Pero ahora lo llevo peor. La vida hay que compartirla. No cambiaría nada por este momento con Ainoha, bueno a lo mejor un cálido beso de…
Miro hacia el cielo…
-Qué cansado estoy,…
– Me encantaría tener hijos…¿porqué ahora es tan fuerte ese deseo..?¿ porqué?
Me duermo…
-Ella aparece, con su traje púrpura. Alta, esbelta. Un traje del siglo XIX. Ceñido al talle, despejado de hombros.
Mis vestidos favoritos en una dama. Con los hombros descubiertos…Los adoro…
– Ese traje no es tuyo, le digo serio.
– Es de ella y lo sabes. ¿Qué, vienes a clavarme una aguja en el brazo..?
– Pensé que te gustaría, contesta Edanna. Siento haberte hecho daño Fer.
– Vuelvo la cabeza, no, no importa, sé que no lo haces con mala intención.
– ¿ Me sienta bien? pregunta coqueta. Su pelo blanco se mueve en la tenue brisa.
– Estás preciosa Edanna, pero a ella le sienta mejor.
– Edanna sonríe, a mi me conoces demasiado bien.
Sus pupilas blancas escudriñan la arboleda.
– A crecido mucho, se está haciendo más bonita cada dia.
– Si, será una muchacha preciosa. Romperá unos cuantos corazones.
Y pregunto:
– ¿A qué has venido Edanna?
-Te sientes más solo que nunca, y yo soy tu fuerza, estaré contigo en el viaje y en lo que ha de venir.
– Ya , lo único malo es que cuando lean todo esto que está pasando, ya pensarán que estoy sin cura mental posible.
– Ella rie a carcajadas. – Si, pero ellos ya me conocen , somos familiares para todos, no te preocupes. Lo importante es que tienes la suficiente fuerza para soportar todo lo que te propongas, eres un superviviente Fer, recurres a trucos mentales para superar momentos muy malos, yo soy tu mejor creación, me contesta, sonriendo.
– Si, lo malo es que cuando te creé no dominaba el mapeado de piel tan bien como ahora, y no supe añadirte ruido, tienes la piel como una pastilla de jabón camay, sin mácula.
– ¿Por algo me creaste Albina no? Me gusta como soy.
-Si son trucos del oficio.
– Siempre he adorado a las damas de antaño, con esos vestidos largos. Una vez vi un cuadro antiguo en Leeds Castle sabes, en el condado de Kent, inglaterra y…
– Si, lo sé, y te inspiraste en la hija menor. ¿ Era albina?
-Si, como el invierno, me impresionó mucho su belleza, no era de este mundo. Una dama que había muerto hace tiempo, estaba tan viva en aquel cuadro…
-Bien mi viejo amigo, estaré a tu lado, como siempre, y tu soportarás todo con tu fuerza habitual, como siempre, y ya sabes quién te acompaña…como siempre…
– Tuve mis dudas pero callé. Absurdo por cierto pues ella conoce todos mis pensamientos.
– Me miró con una media sonrisa y algo condescendiente.
-No estás solo, y todo esto, hará que tu mayor deseo, tu propia evolución interior, crezca más aún.
– Yo preferiría no ir solamente con un fantasma…dije algo triste.
– Quién sabe, puede que un dia ya no me necesites…
– A estas alturas, ¿a los 35? un poco viejo para amigos imaginarios ¿no te parece paliducha?
– Ella fingió estar ofendida, sonrio y se giró hacia Ainoha…
La niña me llamó.
-¡¡Fer, Edannaaaa!!
-Si ya voy, ¿que has encontrado?
-¡Mira que bicho!!
– Ah bichos genial, genial, puaj…bueno voy…
-¿A quién le hablabas ?,me pregunto si yo soy ella. Me rio para mis adentros. La que me hacía salir muchas veces de mi amargura, la que me mostraba rios y lagos remotos, y tierras bruñidas con los atardeceres dorados-. Edanna blanca y esbelta, la vi con el traje púrpura esta vez…que extraño. Pienso.
Edanna ha sido, un ser extraño en mi vida, a veces me ha enloquecido, pero las más de las veces me ha ayudado tanto.
– Y recordé la soledad de los demás. Edanna fue el producto de mi propia resistencia a la soledad, yo tampoco soporto la soledad y la creé. Qué estúpido he sido, no me he dado cuenta antes. pero claro, era diferente, tuve momentos de soledad absoluta, pues no podía comunicarme con nadie.
La mente, es ….
Me acerco a la niña, tengo tantas ganas de volver con ella al bosque, de jugar entre la arboleda y pasear bajo las ramas. Volver a estar en una obra y aplaudirla hasta la extenuación. Abrazarla, jugar con ella. Que sea feliz en su infancia. Y yo hacer todo lo posible porque ello sea posible.
Quiero regresar, estar bien y verla pronto. Por tí, y por tí, y por tí niña. Y por Ainoha, para nunca dejar de escuchar…
El son de sus alas…
El son de tus alas…