Mitología clásica, mito, poesía y lenguaje mágico.

La mitología clásica ha perdido últimamente tanto terreno en las escuelas y universidades que ya no se espera que una persona “culta” sepa quiénes pueden haber sido Orión, Ganímedes, Laocoonte o Antígona. El conocimiento actual se deriva principalmente de versiones de cuentos de hadas infantiles, y esto a primera vista no parece tener demasiada importancia, porque durante los dos últimos milenios los mitos han sido descartados por fantasías extrañas y quiméricas, un legado embaucador de la infancia de la cultura griega. La Iglesia, en un acto de suprema dicotomía para consigo misma, menosprecia los mitos para destacar la mayor importancia espiritual de la Biblia. Dicha colección de relatos locales semitas se debe, no obstante, a primitivos mitos indo-europeos comunes a decenas de movimientos espirituales.

dragon044ed Debemos aclarar desde un principio lo que entendemos por el término “mito”, pues sus acepciones en el lenguaje actual son muchas y diversas . El verdadero mito se puede definir como la reducción a taquigrafía narrativa de la pantomima ritual realizada en los festivales públicos y registrada gráficamente en muchos casos en las paredes de los templos , en jarrones , sellos , tazones, cofres, escudos, tapices, etc. Sus temas eran actos de magia arcaicos que promovían la fertilidad o la estabilidad del reino sagrado de una reina, originariamente, o un rey. Estos actos formaban parte de la vida de las sociedades primitivas más allá del mero acto simbólico que la religión supone hoy en día . La sociedad en sí misma giraba en torno a estas representaciones , y para una mayor comprensión de la situación planteada deberemos exponer las concepciones cosmológicas del hombre antiguo. Este hombre tuvo un concepto dramático de la Naturaleza, en la que lo divino y lo demoníaco , el orden y el caos , el bien y el mal se hallan en pugna constante y con una existencia ligada a la vida del hombre mismo . Cada elemento de la Naturaleza que nosotros estamos ya acostumbrados a considerar en abstracto como algo impersonal, indiferente y articulado, para el hombre primitivo era algo directo , emocional e inarticulado. Es un ser al que el hombre se dirige como en segunda persona , empleando un “tú” mayestático similar al empleado para hablar a Dios (esta comparación no debe llevarnos a pensar en la Naturaleza primitiva como una versión del elohim judío). Así, podemos decir que la Naturaleza formaba un todo con el hombre; no sólo en el ámbito religioso-espiritual , sino también en el socio-cultural . El verdadero mito deberá, pues, distinguirse de :

  • La alegoría filosófica , como la cosmogonía de Hesíodo .
  • La sátira o parodia , como el relato de Sileno sobre la Atlántida.
  • La fábula sentimental , como el relato de Narciso y Eco.
  • La propaganda política , como la Federalización del Ática por Teseo.
  • La leyenda moral , como la historia del collar de Erifile.
  • La anécdota humorística , como la farsa de Heracles , Ónfale y Pan en el dormitorio.
  • La saga heróica , como el argumento principal de la Ilíada.
  • La ficción realista , como la visita de Odiseo a los Feacios.

En todos estos casos podremos hablar de literatura pero no de mitología. Debe entenderse esta distinción, puesto que en estos ejemplos expuestos, muy posteriores al mito, el autor no posee esa concepción sobrenatural y mágica de la realidad. En contra de la idea generalmente aceptada, el mundo clásico griego no se caracterizaba por ser especialmente religioso. Las divinidades no eran sino una justificación para las construcciones arquitectónicas, las festividades rituales o una mera temática artístico-literaria. No queremos decir con esto que uno pudiera pública y libremente renegar de dicha religión politeísta, pero la vida del ciudadano griego helénico no se supeditaba ni giraba en torno a ninguna creencia mística.

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Toda la Europa neolítica , a juzgar por los artefactos y mitos sobrevivientes , poseía un sistema de ideas religiosas notablemente homogéneo , basado en la adoración de la diosa Madre de muchos títulos . La Europa antigua no tenía dioses. A la Gran Diosa se la consideraba inmortal , inmutable y omnipotente ; y en el pensamiento religiosos no se había introducido aún el concepto de paternidad . Tenía amantes , pero por placer , y no para proporcionar un padre a sus hijos . Los hombres temían , adoraban y obedecían a la matriarca , siendo el hogar que ella cuidaba , una cueva o choza , su más primitivo centro social y la maternidad su principal misterio. La luna era el principal símbolo celestial de la diosa , puesto que inspiraba el mayor temor supersticioso : no se oscurece al declinar el año y concede o niega el agua a los campos . También el sol , aunque en menor medida , era tenido como símbolo de la Gran Madre .

Las tres fases de la luna , nueva , llena y vieja recordaban las tres fases de doncella , ninfa y anciana de la matriarca . El curso anual del sol recordaba igualmente el desarrollo y declinación de sus facultades físicas : en primavera doncella , en verano ninfa y en invierno vieja . Así , se produjo una identificación entre la Diosa y los cambios de estación en la vida animal y vegetal y , en consecuencia , con la Madre Tierra , quien al principio del año vegetativo sólo produce hojas y capullos , luego flores y frutos y al final deja de producir . Más tarde se la pudo concebir como otra triada : la doncella del aire superior , la ninfa de la tierra o el mar y la vieja del mundo subterráneo , representadas , respectivamente , por Selene , Afrodita y Hécate . Estas analogías místicas fomentaron el carácter sagrado del número tres , y la diosa luna aumentó hasta nueve cuando cada una de sus facetas apareció en triada para demostrar su divinidad . Sus devotos nunca olvidaron por completo que no existían tres diosas , sino una sola .

Una vez admitida la relación entre coito y parto la posición religiosa del hombre mejoró poco a poco y se dejó de atribuir la preñez a los vientos y ríos. La ninfa o reina tribal elegía un amante anual entre los hombres jóvenes que la rodeaban , un rey que debía ser sacrificado cuando terminaba el año , haciendo de él un símbolo de la fertilidad más que un objeto de placer erótico . Se hacía celebrar el ritual en relación con el solsticio de invierno , momento de la “muerte” del sol , con lo que el astro pasó a convertirse en un símbolo de masculinidad y fertilidad . Su sangre se rociaba para que fructificasen los árboles , rebaños y cosechas . Estos consortes adquirían el poder ejecutivo sólo cuando se les permitía representar a la reina llevando sus vestiduras mágicas . Así comenzó la monarquía sagrada . El Sol , no obstante , permaneció bajo la tutela de la Luna , tal y como el rey permanecía bajo la tutela de la reina . Las brujas de Tesalia , por ejemplo , solían amenazar al Sol en nombre de la Luna con envolverlo en una noche perpetua y de esta manera mantener el poder matriarcal en las aldeas .

Al principio se calculaba el tiempo por las fases de la luna , y toda ceremonia importante se realizaba en una de estas fases ; los solsticios y equinoccios no eran determinados con exactitud , sino por aproximación a la siguiente luna nueva o llena . El número siete adquirió una santidad peculiar porque el rey moría en la séptima luna llena después del día más corto . Pero incluso cuando se demostró que el año solar tenía 364 días , con algunas horas más , hubo que dividirlo en meses (ciclos lunares) antes que en fracciones del ciclo solar . Esos meses se convirtieron más tarde en lo que el mundo de habla inglesa sigue llamando common-law months (meses de derecho consuetudinario) , cada uno de veintiocho días . La semana de siete días formaba una unidad dentro de estos meses consuetudinarios . De esta manera , el veintiocho pasó también a convertirse en número sagrado , en el sentido de que la luna podía ser adorada como una mujer , cuyo ciclo menstrual es normalmente de veintiocho días , y que éste es también el verdadero periodo de revoluciones de la luna en función del sol . Este sistema llevó a una identificación todavía más íntima de la mujer con la luna y , puesto que el año de 364 días es exactamente divisible por veintiocho , obteniéndose un total de trece meses , la serie anual de festivos podía decidirse gracias a esos meses consuetudinarios de una forma perfectamente regular . Trece , el número del mes de la muerte del Sol , nunca ha perdido su mala reputación desde entonces entre los supersticiosos . Los días de la semana estaban a cargo de los Titanes , los genios del Sol , de la Luna y de los cinco planetas descubiertos hasta entonces , que eran responsables de ellos ante la Diosa .

Así , el Sol pasaba por trece etapas mensuales que comenzaban en el solsticio de invierno , cuando los días vuelven a alargarse después de su larga decadencia otoñal . El día extra del año sideral fue intercalado entre el mes décimotercero y el primero , y se convirtió en el día más importante de los 365 , la ocasión en que la ninfa tribal elegía a su Rey Solar , generalmente el vencedor de una carrera , una lucha o un torneo de arqueros .

La mitología griega primitiva se relaciona , sobre todo , con las cambiantes relaciones entre la reina y sus amantes , que comienzan con sus sacrificios anuales y terminan en la época en que se compuso la Ilíada y los reyes se jactaban de que “¡Somos mejores que nuestros padres!” , dando paso a una monarquía masculina ilimitada . Esta evolución social que supone la desaparición del poder matriarcal puede observarse también en muchos otros pueblos ; en el medio oriente el zoroastroísmo no hace sino invertir el sexo de la Diosa Madre , dando origen a Ahura-Mazda , precursor del Dios judeo-cristiano , que simboliza el fin de la ginocracia y la llegada del patriarcado .

Cuando la brevedad del reinado del rey empezó a resultar fastidiosa se convino en prolongar el año de trece meses hasta el Gran Año de cien lunaciones , al final del cual se produce una coincidencia del tiempo solar y el lunar . El rey representaba a la reina en muchas funciones sagradas , se ataviaba con las vestiduras de ella , llevaba pechos falsos e incluso se encargaba de su arte mágico de producir la lluvia . Pero como todavía había que fructiferar los campos y las cosechas , el rey accedía a sufrir una falsa muerte anual y a ceder su soberanía durante un día , el intercalado en el año solar . La sangre derramada en sacrificio era la de un rey niño sustituto . Su muerte ritual variaba mucho en los detalles ; podía ser despedazado por mujeres feroces (las Ménades o Bacantes) , traspasado con una lanza , pinchado en el talón con una flecha envenenada5 , arrojado por un acantilado o quemado en una pira . Pero debía morir . Se llegó a una nueva etapa cuando los niños fueron sustituidos por animales en el altar de los sacrificios y el rey se negaba a morir una vez finalizado su prolongado reinado . Su tiempo de hegemonía se prolongó a 325 lunaciones , diecinueve años , y , posteriormente , de alguna manera , el rey se las ingenió para reinar durante toda su vida . Este cambio se dio primeramente en el pueblo aqueo , extendiendo sus nuevas costumbres en las invasiones aqueas del siglo XIII a. de C. . Esta equiparación del poder masculino y femenino en la soberanía podemos observarla en el sistema familiar olímpico : una familia divina de seis dioses y seis diosas , encabezados por los cosoberanos Zeus y Hera , que formaba un consejo de dioses . Pero tras una rebelión de la población pre-helénica , descrita en la Ilíada como una conspiración contra Zeus , Hera quedó subordinada a aquel y al final Dionisio aseguró la preponderancia masculina en el Consejo desalojando a Hestia , diosa que guardaba mayor semejanza con las características originales de Blodeuwedd o Danu , la Gran Diosa Madre. El paso de la época pre-helénica a la helénica trae consigo la desaparición del matriarcado y la llegada del patriarcado .

Íntimamente relacionada con la definición de “mito” explicada anteriormente y meritoria de tal título es la alegoría a la historia político-religiosa . Así , la destrucción por Apolo de Pitón en Delfos parece registrar la captura por parte de los aqueos del templo de la diosa Tierra cretense ; y lo mismo se puede decir de la intentada violación de Dafne , a quien Hera metamorfoseó inmediatamente en un laurel . Las vidas de personajes como Heracles , Dédalo , Tiresias y Fineo abarcan varias generaciones , porque son títulos más que nombres de determinados héroes . Sin embargo los mitos , aunque es difícil situarlos en determinada cronología , insisten en algún punto de la tradición , por mucho que se haya podido deformar el sentido de la narración . Tomemos , por ejemplo , la fábula del sueño de Éaco , en el que las hormigas que caen de una encina se convierten en hombres y colonizan la isla de Egina después de haberla despoblado Hera . Añade este mito que la encina había nacido de una bellota de Dodona , que las hormigas eran hormigas tesalias y que Éaco era nieto del río Asopo . Estos elementos dan como resultado un relato conciso de las migraciones a Egina hacia el final del segundo milenio a. de C.

Nos resulta así el examen antropológico e histórico del mito el más razonable ; la teoría de que la quimera , la esfinge , los centauros y demás seres fantásticos son resultado del inconsciente colectivo jungiano es demostrablemente falsa . Las edades del bronce y la primitiva del hierro en Grecia no fueron la infancia de la humanidad , como indica el Dr. Jung . El que Zeus se tragara a Metis y luego diera a luz a Atenea a través de un orificio abierto en su cabeza no es una fantasía colectiva , sino una nueva alegoría histórica íntimamente relacionada con la desaparición del culto a la Gran Dama de las Flores . Atenea era originariamente la más joven de una triada que representaba a la Diosa en su aspecto de divinidad de la sabiduría , mientras que Metis era la mayor . Zeus tragó a Metis ; es decir , que los aqueos suprimieron su culto y atribuyeron toda la sabiduría a Zeus como su dios patriarcal . Los aqueos no destruyeron los templos de Atenea a condición de que sus adoradores aceptaran la soberanía suprema de Zeus , ¿qué mejor acuerdo que hacerla su hija? .

La verdadera ciencia del mito debería comenzar con un estudio de la arqueología , la historia y la religión comparada , no en el consultorio del psicoterapeuta .

Introducción :

La poesía presenta un tema fundamental en cualquiera de sus formas , renacido éste con especial fuerza tras la época del Romanticismo : la veneración del hombre por la mujer . Hablamos de veneración y no de amor . Veneración por la amante , la compañera , la madre , la muerte . El poeta se arrodilla ante la mujer , comprende su inferioridad y que toda redención le llega al fusionarse con su Diosa . La mujer lo es todo para el hombre . Quiere trascender su mediocridad haciéndose uno con ella : en el útero materno , en el coito , volviendo a ella en la muerte . El poeta no canta a una mujer determinada , canta a su musa idealizada , a un ser abstracto y global de la femineidad . ¿Puede poseer el mismo sentimiento una poetisa por el hombre? No . Sus obras pueden versar sobre el amor y otras pasiones con mayor fuerza y calidad literaria que el mejor de los poetas , pero jamás se acercarán a la admiración que siente éste por la mujer .

¿De donde viene esa tradición? Los modernos métodos de análisis abogan por la literatura comparada , por la regresión para llegar a un origen. Nos lleva esto a los albores de la sociedad , que ve como nace el mito poético . El lenguaje del mito poético , corriente en la Antigüedad en la Europa mediterránea y septentrional , era un lenguaje mágico vinculado a ceremonias religiosas populares en honor de la diosa Luna , o Musa , algunas de las cuales datan de la época paleolítica , y que éste sigue siendo el lenguaje de la verdadera poesía , original inmejorable . Ese lenguaje fue corrompido al final del periodo minoico cuando invasores procedentes del Asia Central comenzaron a sustituir las instituciones matrilineales por las patrilineales y remodelaron o falsificaron los mitos para justificar los cambios sociales . Luego vinieron los primeros filósofos griegos , que se oponían firmemente a la poesía mágica porque amenazaba a su nueva religión de la lógica , elaborándose bajo su influencia un lenguaje poético racional en honor de su patrono Apolo . Sócrates , al volver la espalda a los mitos poéticos , la volvía en realidad a la diosa Luna que los inspiraba y que exigía que el hombre rindiese a la mujer su homenaje espiritual y sexual . El filósofo se evade del poder de la Diosa para entregarse a la homosexualidad intelectual , al intento del hombre por hacerse espiritualmente autosuficiente.

La Diosa acabó con la vida de Sócrates con un filtro de cicuta , planta de flores blancas consagrada a ella bajo la advocación de Hécate .

No obstante, esta magna obra incluirá en su interior numerosísimas referencias a estos actos rituales que originan el mito propiamente dicho . Posteriormente veremos algunos ejemplos .

En el Fedro de Platón se mantiene un diálogo acerca de la existencia de los dioses . Sócrates no arremete contra ellos , simplemente decide restarle importancia al asunto , considerándolo una cuestión menor de la sociedad .

Algunos autores como el británico Robert Graves sitúan la existencia de la Diosa previa a su identificación con la Naturaleza . Otros como el alemán Max Schüller ven a la Diosa como un símbolo de la veneración sentida por la Naturaleza . Puesto que se carece de información para emitir un juicio definitivo en esta cuestión cronológica y ambos conceptos van siempre parejos en los estudios de los pueblos primitivos la cuestión nos resultará irrelevante .

El relato de Appu aparecido en los sánscritos veddas parece ser el primer documento que recoge esta relación . Las prácticas comunmente conocidas como “brujería”, de origen celta y única heredera de la religión matriarcal , posee numerosos ritos de fertilidad gracias a la acción de ríos y vientos .

Como tradición religiosa , los años de trece meses sobrevivieron entre los campesinos europeos durante más de un milenio después de la adopción del calendario juliano . Así , Robin Hood , quien vivió en la época de Eduardo II , exclama en una balada celebrando la primavera “¿Cuántos meses felices hay en el año? Hay trece digo …” Posteriormente , un editor Tudor lo modificaría por “Sólo hay doce , digo..”

Vemos así el verdadero origen mágico del número siete , pese a que se sostengan teorías erróneas acerca del número de dedos empleado en la sujeción de una antigua balanza de pesos . Una situación tan poco espiritual no puede dar origen al ABRAXAS (palabra druídica que encierra en sí misma todo el poder mágico de la rotación de los astros y origen etimológico del popular “Abracadabra”)

Resulta más que obvia la relación con el taimado , poderoso y viril Aquiles , símbolo del Rey Solar .

Numerosos antropólogos apuntan que algún rey osado decidió cometer incesto con su hija heredera y de esta manera ganar el derecho al trono reinando durante dos generaciones matriarcales .

Este mito ha sido citado por psicólogos freudianos como un símbolo del horror instintivo que siente una doncella por el acto sexual ; pero Dafne no era precisamente una virgen asustada . Su nombre proviene de Daphoene , “la sanguinaria” , la diosa en estado orgiástico , cuyas sacerdotisas , las Ménades , masticaban hojas de laurel para embriagarse y salir las noches de luna llena asaltando y despedazando a niños o animales jóvenes.

Enviado por: Jorge Luis Hernández Bujarrabal a rincón del vago.