Dyss, sello general

Inanna "La Doliente"

Muchas de las circunstancias que componen la historia de La Luna Roja, Luna de Cebada o “Luna Doliente”, como es también conocida Inanna, las comparte con su hermana melliza, como ya hemos podido deducir al conocer más acerca de la Luna de Trigo, Irina. Debido a esto, los detalles que rodean a la enorme luna, que bajo su tonalidad carmesí colorea nuestras noches de púrpura, ya los hemos conocido al averiguar más detalles acerca de su hermana. Ambas surgieron de una misma idea, identificándose después cada una con el patrón que con más arraigo predominara en su naturaleza. Por ello, en la cultura popular es muy común afirmar que Dyss ha tenido al menos tres madres ya que, según cuentan nuestras leyendas, tras el papel que tuvo Morthid en la creación del mundo, tanto Inanna como Irina son entidades que han tenido al mundo bajo su protección desde entonces.

Como es normal, todo esto no es más que la adaptación al nivel de consciencia de las criaturas mortales de una serie de conceptos que de otra manera no seríamos capaces de alcanzar a entender. La realidad, en la mayoría de los casos, es mucho más compleja e inabarcable por mucho que nos empeñemos en tratar de concebirlo.

Inanna, Luna Roja de DyssVano empeño pues el aspirar a hacerlo y que, sin embargo, dice mucho acerca de la grandeza de las criaturas dotadas de consciencia. Porque, tal y como ya afirmara Idrys el profeta en su libro sagrado, al canto que bañando la bóveda celeste surge de los pensamientos de Irina, se suma el cálido y pálido llanto de nuestra amada luna roja, la plañidera y doliente madre que ha manifestado su dolor por nosotros desde el primer instante en el que comenzó la historia, y que lo seguirá haciendo hasta el final de los tiempos. Debido a esto, no son pocos precisamente los que tratan de expresarle su devoción, amándola de forma franca y sincera, en muchos casos más fascinados por el misterio que ésta representa, mientras con fervor afirmamos que “El llanto de Inanna” pretende lavar con sus lágrimas todos los males de nuestro mundo.

Pero, qué más desearíamos todos, que con el poder de renovación que nos llega a través de su llanto pudiese ser eliminado todo cuanto el mundo tiene de mediocre y de miserable. Una aspiración por la cual padecen muchos de los Hermanos de la Luna Roja, orden consagrada a la Centinela Lunar, tras haber jurado proteger, bajo la bendición del canto de “La Doliente”, las cuatro esquinas de este mundo armadas únicamente con su coraje y el filo de sus armas. Una empresa extenuante para la mayoría de ellos, pues aspirar a recorrer el mundo bajo la bendición de uno de los centinelas más poderosos que existen en Dyss se puede convertir en todo un desafío, y no sólo debido a la enorme extensión que posee nuestro mundo.

Inanna puede ser tan amada como temida, bendiciendo y estando a su vez bendecida por la oscuridad. La luz que emite baña al mundo bajo una luz tenue y rojiza cuyos auténticos matices sólo pueden ser percibidos en su totalidad por aquellos que, obligados a pagar por triplicado el don de su arte, disponen de la habilidad de poder moldear la fuerza creativa del mundo: el Ellam Yua, es decir, la magia. Por otro lado su visión tangible se manifiesta en la forma de un enorme astro que cubre una gran parte de la bóveda celeste tanto en las horas nocturnas como en las diurnas.

Amante, madre y hermana de las artes arcanas, Inanna fue quién regaló al mundo el magisterio que engloba una parte de los secretos del poder mágico, algo que sucedió tras habérselos arrancado directamente de sus pensamientos a Morthid y a Kaleth tras una prolongada lucha dentro de la realidad de ese extraño mundo que existe en el interior de sus mentes; un lugar del cual surgen pensamientos y sueños capaces de hacerse tangibles. Un corpus de conocimiento que más tarde Jareth se encargaría de custodiar allá, en su laberinto.

Como se describe en el libro sagrado, debido al hecho de haberse hallado inmersa en una batalla dentro de la realidad de ese mundo onírico, tras escapar —dada su osadía por todas sus acciones—, Inanna estuvo prisionera durante un incontable número de los anillos que señalan las edades en el árbol de tiempo. Esto le costó el perder una buena parte de su esencia vital, concretamente, casi la mitad de todo su poder.

En efecto, de no ser por Inanna y por su sacrificio, las criaturas mortales no seríamos capaces de poder moldear con plena libertad el poder que se sustrae de la fuerza creativa, pese a tener que pagar el alto precio que nos exige el tratar de forzar el desequilibrio natural del cosmos.

Inanna es la señora de los cielos, de las estrellas y de la magia. Protectora de la noche y de la oscuridad, su visión en los cielos resulta sobrecogedora. Protege a los usuarios de las artes arcanas que exponen su arte para su uso en la vida cotidiana; al contrario que Jareth, que guarda con celo gran parte de todo ese poder en secreto al no considerar que las criaturas del mundo sean lo suficientemente aptas como para poder utilizarlo con la suficiente responsabilidad. Mientras que Jareth niega esa libertad, pues opina que el arte es sólo digno de unos pocos, la Luna Roja brinda su don a todos aquellos que deseen tomarlo en sus manos y de querer asimilarlo en sus mentes.

Su símbolo es una luna hueca carmesí marcada bajo la protección del infinito. Simboliza aquella parte de la realidad que se oculta a la mirada tras un mundo de apariencias, un mundo invisible para todos aquellos cuya mirada no esté entrenada para tratar de buscar más allá de lo que los sentidos nos dictan, y que sabemos que ha estado y que siempre estará ahí, formando una parte indivisible del cosmos.

Su culto se manifiesta según los rasgos culturales de cada pueblo, variando mucho entre unos y otros, pero casi siempre llevándose a cabo en aquellos lugares y edificaciones en las cuales el poder simbólico de las sombras y de la oscuridad pueda emplearse como forma de expresión. Capiteles techados, templos cubiertos y edificaciones de todo tipo, así como lugares al aire libre junto a enormes megalitos o altas piedras talladas, resultan todos sitios adecuados para rendir una plegaria a aquella que, poniéndose en nuestro lugar, es capaz de interceder ante la inescrutable entidad que significa para nosotros la Gran Consciencia. 

Debido a su naturaleza, la Luna Roja es también venerada por todos aquellos que usan el subterfugio como una forma de vida o, al menos, de supervivencia. Protectores, guardianes, ladrones, asesinos…, y en especial hechiceros que ponen su arte al servicio de los demás sin esperar nada a cambio, le dirigen una plegaria antes de embarcarse en acciones peligrosas con la certeza de que, en el silencio de la más completa oscuridad, Inanna es capaz de escuchar sus ruegos.

Pese a su tendencia neutral, Inanna percibe el sufrimiento de todas las criaturas, siendo extremadamente sensible al dolor que se halla en el mundo, un dolor por el cual vierte sus lágrimas en su afán de tratar de apaciguarlo. Por ello, Inanna personifica a la templanza, siendo uno de los centinelas asociados con el bien que con todas sus fuerzas desea traer la esperanza, sirviendo de modelo y de guía a todos aquellos dotados de buen corazón. Por ello decimos que Dyss fue bendecida por la Luna de Cebada al mostrarle ésta el poder tranquilizador de su llanto y la esperanza que nos llega a través de las lágrimas, al ser capaz de ofrecer el consuelo que, alguna vez en la vida, toda criatura necesita.

Su efecto sobre nuestro mundo es conocido como El Llanto de Inanna, una consecuencia de la repercusión de sus deseos y del influjo de sus fases sobre Dyss, que afectan de manera directa al poder de la magia.

Aunque lo que nos interesa tratar aquí es a Inanna como una entidad más que al efecto de su manifestación tangible en el mundo —de la misma forma que ya sucediera al describir a Irina—, es importante señalar que la duración de una fase completa se prolonga a lo largo de toda una estación; debido a esto, Inanna está tan asociada a las estaciones como lo está su hermana melliza, Irina. Su punto de mayor visibilidad o de Luna Llena cae justo hacia la mitad de la estación, coincidiendo exactamente con el Día del Luto, lo que trae el momento de mayor intensidad en el uso del poder de la magia arcana. Tras haber alcanzado su momento álgido, desciende gradualmente hasta su fase de luna nueva, momento de menor poder, donde se sucede el cambio de una estación a la siguiente, y que da paso a una nueva etapa de crecimiento que se prolongará  a lo largo de toda la primera mitad de la nueva estación.

Debido a la larga duración de su fase, Inanna es causante también de las Mareas Mayores, un movimiento dramático de las grandes masas de agua que se hallan tanto en la superficie del mundo como en sus entrañas, y que se manifiesta en la forma de enormes mareas de cientos de metros en algunos lugares. Las Mareas Mayores tienen incluso el efecto de provocar importantes movimientos de masas de tierra en algunas áreas, de forma especial en las Regiones Cambiantes y en el Continente Periférico, estando asociadas a su vez con el Poder de la Fuerza del Cambio, una característica que forma parte de la naturaleza de Dyss.

Principios

— La compasión empieza por tratar de ponerse en el lugar de los demás, pero termina cuando tanto nuestros deseos como los de los demás nos esclavizan.

— Llevarás el poder del llanto de Inanna allí a donde vayas, empezando por tu propio corazón.

Arquetipo: La diosa madre doliente, sufridora de todos los males.
Se asocia al género: Femenino.
Poder mayor: Exaltado
Origen: Nativo.
Alineamiento: Neutral Bueno, (bueno).
Símbolo: La luna hueca y el infinito.
Color preferente: Rojos de tonalidades terrosas y arcilla.
Arma predilecta: Espadas, preferiblemente todo tipo de hojas ligeras.
Áreas de influencia: Sombras, magia arcana, luna, engaño, ilusión, oscuridad, compasión.
-Dominios D&D 3.X: magia, engaño, sombras, ilusiones, oscuridad.

Así, con la descripción del último de los Exaltados en la figura de nuestra Luna Roja, termina el estudio de los Poderes Mayores.