Dyss, sello general

A la imagen de fuego del Colibrí sobre el Rosal, símbolo por el cual Despina es muy conocida, se le atribuyen más de setenta denominaciones entre motes, apelativos y títulos de distintas clases; pero aquel por el que resulta más familiar es bajo el sobrenombre de “La Dama del Delirio”, apodo que expresa pero que muy bien toda la naturaleza caótica de su dueña; la decimonovena (y penúltima) entidad que en Dyss actúa como Centinela.

Al igual que muchos otros de su misma clase, Despina está dotada de la capacidad de poder estar en múltiples sitios a la vez, por lo que se trata de una muy intensa fuerza espiritual que puede hallarse con facilidad en muchos rincones de nuestro mundo. No obstante, ésta sigue siendo una entidad que se encuentra sujeta a los rigores del mundo físico, debiendo actuar pues en consecuencia. Esto constituye una suerte pues, de la misma forma que Túgal (lo que no deja de ser algo irónico puesto que forman parte del grupo de “Los Centinelas”), Despina precisa de mantener sobre ella una constante vigilancia en todo momento; una tarea que se han impuesto otros Poderes, habiéndolo asumido como una parte más de entre sus muchas responsabilidades. De ellos, los más comprometidos con esa misión hasta el momento han sido: Rhiatan, Edith y Dierdrath, siendo la primera de las tres la que ha adoptado un papel mucho más activo como madre adoptiva o “tutora” de otra entidad; un espíritu incapaz de autocontener toda la fuerza emocional que compone su naturaleza.

Despina "La Dama del Delirio"Así, sobre La Dama del Delirio o “de la Llama” ―como es también conocida en muchas culturas al Este de nuestro mundo―, mantiene siempre su atención, y en la medida de sus posibilidades, Rhiatan, que actuando como la madre adoptiva de lo que podríamos llamar un semidiós, vela por una hija que vive por y para la exaltación, el capricho y la locura.

Junto a ellas, Despina sostiene también una muy estrecha relación con las dos hijas de Lugh, nuestras dos lunas. Así, suele mantenerse muy cercana a ellas de la misma forma que junto al Viajero Errante, Andróval, del que ya he comentado que albergo la sospecha de que se trata de una manifestación de Lugh (aunque nuestra estrella más brillante no dé muestras de hallarse en otro estado que no sea el de un constante letargo). Todos ellos tratan siempre de protegerla, obedeciendo incluso a sus caprichos en numerosas ocasiones por razones que desconozco.

Según se cree, Despina se trata de otra entidad Extranjera que de entre todos los Centinelas es la que menos tiempo lleva entre nosotros (siempre dentro de su propia escala del tiempo, claro está); por lo que podemos decir que se trata del más joven de todos ellos con diferencia. Pero, al margen de lo que los mortales podemos entender por “juventud”,pienso que sólo se trata en realidad de otro de los muchos aspectos de una entidad mucho más antigua, siendo la parte de ella que ha decidido estar presente en nuestro mundo lo que resulta joven, según nuestra propia percepción del tiempo. Los mortales, como en muchos otros casos, al ser incapaces de comprender muy bien todas estas cuestiones sólo podemos tratar de hacer conjeturas mediante el uso de ciertas similitudes como, por ejemplo, el considerar que Despina es el vástago de otra entidad mayor, una entidad “Madre” mucho más antigua y poderosa que se halla presente en todo el multiverso. Una similitud que ya hemos empleado de forma similar con otros Centinelas tales como Môrndum o Stiabhan.

Por otra parte, algunos piensan que Despina es la misma encarnación de la propia locura del mundo, un estado que va siempre paralelo al de su lucidez, formando ambos una pieza más de la mente tan hipercompleja que posee nuestro mundo; un complicado proceso que ya estudiaremos en alguna otra parte. Otros creen que fue precisamente esa misma locura la que, propagándose por todo el multiverso como se despliegan las ondas en un estanque, atrajo a la entidad de la que una vez partiera aquello que fuese que es lo que hace real a nuestra Despina, habiendo tomado un día así la decisión de querer llegar hasta nosotros.

¿Y para qué? ¿Para qué querer entonces llegar a este recóndito rincón del cosmos? Supongo que para poder aprender de todo su tan complejo árbol de realidades; pues lo que más atrae a Despina es precisamente esa misma naturaleza consciente que posee nuestro mundo, una complicada estructura de pensamiento que existe en un estado abstracto de múltiples escenarios temporales pero que al mismo tiempo resulta tan real, y que a nuestra excéntrica Centinela tanto le fascina. La respuesta a esta pregunta es pues: por curiosidad. Algo que podemos entender muchos de nosotros a la perfección, ya que no por nada nos arriesgamos más de una vez a caer más allá del borde de nuestro mundo, si Túgal no ha conseguido despedazarnos antes.

De acuerdo con su ideología, el éxtasis del verdadero conocimiento se obtiene al tratar de mantener una existencia que esté alejada por completo de la realidad. Un estado de exaltación que se produce al salir, literalmente, de los ramales de nuestro Árbol del Tiempo o, dicho de otro modo, del flujo normal de los acontecimientos. De esta forma Despina persigue habitar en algún lugar entre las distintas realidades del Gran Árbol, extasiada ante la diversidad de todas sus variantes. Esto le permite contemplar el flujo del orden natural de las cosas en conjunto y no de forma lineal, lo que según ella conduce a la catarsis del auténtico saber. Algo que, como ya hemos visto, pretende también La Jagath, aunque debido a una serie de motivos muy diferentes. 

Esto supone un estado alterado de la consciencia que a nosotros, criaturas del mundo físico, puede resultarnos muy familiar y que puede hacer que, al tratar de entender su filosofía, nos sintamos tentados a pensar que lo que Despina pretende es mantenerse en un estado parecido al que a nosotros nos ofrecen las drogas. Bien, nada más lejos de la realidad; su pensamiento no tiene nada que ver con tratar de auto engañarse intentando alterar el curso de la mente y de sus percepciones. Una práctica muy común, sin embargo, entre sus seguidores ya que la mayoría, confundidos ante la verdad que se esconde tras su auténtica doctrina, practican con devoción un misticismo basado en tratar de permanecer el mayor tiempo posible en el estado de completa embriaguez que provocan todo tipo de drogas alucinógenas, además de los más variopintos mejunjes capaces de hacer bailar hasta a los muertos, logrando incluso que estos crean tocar con la punta de sus esqueléticos dedos la estrella más distante que se halle en el firmamento.

No obstante, deberíamos tratar de no ser muy duros con ellos pues es sabido que el poder escapar ―en la práctica― del curso normal de la realidad no es algo que esté en manos de la mayoría de los mortales, siendo una técnica que sólo pueden realizar aquellos seres dotados de la habilidad de poder cambiar de fase y, por supuesto, mediante el uso de las encrucijadas.

Pero siguiendo con el tema que nos ocupa, de la misma forma que Stiabhan considera que lo que percibimos como la realidad del mundo no son más que quimeras, una ilusión en un estado de continua transformación, Despina piensa de igual manera, con la diferencia de que para ella es necesario tratar de interiorizar toda la energía que se desprende justo en el momento en el que los cambios se producen. Algo que sucede en todo momento en todos los rincones del cosmos. Así pues, según su forma de concebir el multiverso, no basta con sentarnos a contemplar cómo se van sucediendo los diferentes cambios, sino que debemos tratar de hacerlos nuestros, fundiéndonos con ese orden natural y tratando de vivirlos de forma activa. Así, La Dama del Delirio pretende vivir el éxtasis que sobreviene cada vez que se produce una pequeña alteración en el multiverso, por muy pequeña que sea, cuyos efectos son capaces de propagarse a lo largo de los múltiples ramales de nuestro Gran Árbol.

Para poder percibirlos es una condición necesaria el mantenerse ajeno a las diferentes realidades, es decir, tratar de no formar parte de ninguno de los ramales. Conseguirlo ya es otra cuestión pero que muy diferente requiriendo, como he dicho, del uso de ciertas habilidades, o bien a través del poder de la Ellam Yua…, con todas sus consecuencias. ¿Una droga gracias a la metafísica? Probablemente sí, y también sea en parte una forma bastante buena de tratar de sintetizar una serie de conceptos que de otra manera quedarían olvidados en polvorientos libros de filosofía que nadie leerá jamás.

Otro aspecto de su doctrina reprocha que el pensamiento lógico, arraigado en nuestra forma de pensar, nos conduzca  a través de una serie de estructuras de pensamiento encadenadas bajo el esquema de que una cosa es consecuencia de la siguiente. Según la forma de pensar y de actuar de nuestra Dama del Delirio, el pensamiento debe ser un salto sucesivo de elementos conceptuales que van construyendo un árbol imaginativo de soluciones e ideas, y éstas no deben ir necesariamente encadenadas de manera lógica las unas con las otras. Así, para La Dama del Delirio la razón debería ser una sucesión de ideas espontáneas, y no un árbol de decisiones basadas en el pensamiento metódico.

Tras tanta soporífera filosofía, lo que resulta importante en realidad es lo que los Poderes que se hallan en nuestro mundo significan para nosotros, algo que depende de las distintas visiones que tiene cada uno del cosmos. En este caso, lo que La Dama del Delirio significa para muchos es la imagen de la alegre e inocente doncella que con su gracia divina logra hacer resplandecer nuestro mundo, logrando que podamos olvidar todos los pesares de una existencia que, según creemos, merece algo mejor. Despina nos muestra que el estado de la alegría constante que merecen nuestras vidas puede ser real. Trata de enseñarnos que la pureza es posible, ya que no todos los aspectos de la vida deben pasar necesariamente por tener que aceptar que allí siempre habrá también corrupción. Nos trae pues la esperanza, y nos descubre la belleza que hay en el mundo al vivir el éxtasis de poder contemplar el devenir de la existencia. Vivir y poder describirlo es pues vivir en el éxtasis y, por lo tanto, alcanzar la propia felicidad.

La Dama del Delirio nos recuerda así, resultando una enseñanza muy importante de su doctrina, que en realidad no necesitamos Lavondyss en absoluto, teniéndola a nuestro alcance en el quehacer cotidiano, cada día de nuestra vida. 

Pero toda esa alegría lleva también consigo el dolor ante una adversidad que muchas veces se pretende ignorar, ya que tendemos a querer ignorarla procurando autoengañarnos mediante una forzada inocencia. Despina así intenta también alertarnos acerca de los peligros de la falsa inocencia que se esconde tras un positivismo desesperado. Es decir, de tratar de ver siempre lo bueno allí donde no existe, debiendo en su lugar de aceptar con templanza las cosas tal como son. Este es el significado de la locura para nuestra Dama de la Llama o del Delirio, la amargura que resulta de vivir en el autoengaño. Una enseñanza que nos llega de manera indirecta al forzar el contradecirse a sí misma (aunque sospeche que se trata de algo muy consciente por su parte). Debemos tratar de entender que la base de todo su mensaje es precisamente su propia contradicción, ya que Despina pretende reírse al mismo tiempo de cualquier tipo de doctrina.

La Centinela supone pues un reflejo contradictorio de nosotros mismos. Un grupo de seres que actuando de forma similar al enfocarse en sus propios deleites, obvian las cosas más básicas, lo que tienen y a quién tienen en torno suyo. Mientras, tratan de evolucionar, lo que los aleja más y más de lograrlo. Resulta irónico que muchos de sus seguidores no consigan entender esto jamás, haciendo exactamente todo lo contrario a lo que ella pretende expresar, y llevando una vida de constante embriaguez mientras, inútilmente, tratan de asimilar su doctrina.

Pese a toda la verdad que de manera irrefutable hay en ésta, a mi juicio, Despina no deja de ser también una figura trágica debido al uso de la contradicción sobre la que se fundamenta toda su doctrina. Su estado de delirio la aleja de lo que realmente importa en nuestra existencia cotidiana, y que no son más que los sucesos de nuestro entorno más inmediato. Es pues un ejemplo de cómo las abstracciones del pensamiento consciente pueden lograr que perdamos el sentido de cuanto nos rodea. No obstante, nos recuerda que vivir bajo la preocupación constante ante lo inmediato nos distrae de poder encontrar así la felicidad; algo que de poco le sirve a ella misma, pues siempre se halla en un punto indeterminado entre ambas verdades, suspendida entre dos aguas.

Entonces, si vive alejada de su realidad inmediata, ¿qué nos enseña? Despina constituye por sí misma todo un símbolo, puesto que nos muestra que no todas las respuestas se encuentran tras el uso del pensamiento lógico, existiendo la sabiduría en muchos otros lugares; territorios de los cuales no somos conscientes, pues vamos distraídos debido a las preocupaciones. Nos enseña también a buscar nuevas miradas, a poder extasiarnos ante cosas a las que nunca seríamos capaces de prestar atención; rincones de los que podemos extraer importantes enseñanzas.

Puede resultar pues muy útil el tratar de mostrar algo más de atención a todos aquellos a los que llamamos locos ya que, como nos recuerda un dicho popular: “Tras la mirada del perturbado puede hallarse uno de los muchos caminos que conducen a la auténtica sabiduría”.

Principios

— La sabiduría que proviene del uso de la lógica nos engaña. Déjate llevar por el delirio y experimenta así todo cuanto éste tiene que ofrecerte.

— Define al mundo bajo tres aspectos: deleite, locura y abandono en el delirio; lo demás viene por sí mismo.

— Sólo considerando el revés de todo cuanto das por sentado y dejándote llevar por tu instinto, conseguirás la llave que te permite acceder a Lavondyss. Pero ¿quién desea un mundo perfecto? De la perfección no se aprende. No busques Lavondyss más allá de ti mismo, pues no lo vas a encontrar.

— Destruye todo cuanto eres renaciendo cada mañana; date a la luz y a la alegría que hay tras la oscuridad. Así te preparas para ser alguien distinto cada jornada, tras la larga noche.

Arquetipo: La doncella inocente, portadora de alegría.
Poder menor: Nómada.
Se asocia al género: Femenino.
Origen: Extranjero.
Alineamiento: Caótico neutral, (neutral).
Símbolo: Un colibrí libando de una rosa con espinas o de un rosal ―la flor de espinas―.
Color preferente: Amarillo, rojo, violeta  y naranja.
Arma predilecta: Armas arrojadizas pequeñas.
Áreas de influencia: Locura, primavera, belleza, caos, suerte, amor, confusión, aire.
-Dominios D&D 3.X: Caos, bien, curación, suerte, aire.