Yo no quería, pero tras la gamberrada de unos idiotas que por lo visto, se metieron en un cementerio y se cocinaron un caldito con los huesos de una pobre señora, (tuvieron hasta el detallito de ponerle unas pastillas de avecrem) no pude contenerme de escribir la entrada pertinente. Los medios, como no, ya comienzan a aprovecharse de la noticia para endosarle la culpa a los jugadores de rol, para variar. Que es tanto como decir que tiene la culpa la asociación de ajedrez, el comic, el cine y por supuesto los videojuegos.

El periodismo cutre-basura-amarillento de costumbre, es tan repugnante como supongo, sería la sopa en cuestión. Aunque quién sabe, no hables hasta que lo pruebes.

Hace ya muchos años, algunos intentaron hacer un estudio serio sobre la estupidez humana, lo leí en un blog anónimo en algún momento, y la conclusión era que el estúpido es aquel que se hace daño así mismo mientras intenta hacérselo a los demás, (lo último, no es estrictamente necesario.)

Unas entradas más abajo precisamente incluí hace unos días algo sobre un cómic de Lucifer. De la colección Vértigo, editado por Norma editorial en España. Lucifer, basado en los personajes de Sandman creados por Neil Gaiman, es un personaje que enamora. Dueño de un Piano-Bar. Lucifer toca el piano, es solitario y bebe Martini. Sibarita, amante de todo, de lo que es bello y de lo que no. Pues en todo reside la belleza y no solo en la armonía y el orden. Lucifer es irresistible, fabulosamente lúcido, controlado, tranquilo, independiente, elegante, culto y sincero. Nunca se anda con rodeos. Expone claramente los términos. El Lucifer de Mike Carey JAMÁS MIENTE y siempre, siempre cumple con su palabra, algo que dios curiosamente no hace.

Es el ser humano, el que se arroja a él eligiendo siempre su propia condenación pues considera que ha de ser así porque así le han enseñado que debe ser. Lucifer solo entrega lo que le piden y le exigen. Y lo que le piden es tormento y condenación. El ser humano es miserable, mezquino e ignorante, siempre es el que le exige/pacta/reclama todo tipo de atrocidades. Todo es parte del plan de dios, incomprensible y cruel. Lucifer, hastiado de ser un peón del creador, de que su papel no sea más que el de conceder sin remedio los castigos que el propio ser humano le exige, quiere disponer de su propia libertad, de su libre albedrío y no pertenecer siempre encadenado al gran plan trazado por el creador. Hasta su propia caída forma parte del gran plan. El de ser guardián de la humanidad hasta el fin de los tiempos y barquero de la estupidez humana, que una y otra vez se arroja irremediablemente a él buscando la condenación eterna. Lucifer no está de acuerdo con el proyecto de dios y planea hacer su propia creación. Curiosamente, es mucho más perfecta que la de dios. Y solo pone una condición.

Que no le adoren jamás.

Que no haya religiones.

Su único mandamiento será pues el libre pensamiento. No sujeto a la necesidad de unas creencias que le den sentido al mundo. No hay nada que hastíe más a Lucifer, que el hecho de que le adoren en cualquier forma, especialmente de la manera tradicional: de manera absurda y patética.

Y esto, es algo que viene muy a cuento respecto a la visión absurda que tienen las personas al estilo «cocineros» de los que hablábamos, y que de forma embarrada buscan algo difuso en la creencia de transgredir, la norma. Da igual como sea, el mito, se distorsiona una y otra vez pues la mente del hombre ya viene distorsionada de fábrica.

Lucifer es sin duda un mito de entre los diez primeros. Sus orígenes son inciertos. Nos viene de la tradición judeo-cristiana pero su génesis proviene de los mismos nacimientos del mito. Quizás, provenga del mismo lavondyss. ( Espero que a estas alturas sepas ya que Lavondyss significa: origen del mito)
Su estudio es apasionante, y aquí tienes un fragmento de una pesquisa cualquiera:

Lucifer, el portador de la Luz. Normalmente, se suele confundir a esta deidad antigua como el tiempo, la más remota, con el mito de Satanás, la entidad angélica maléfica, señor de todo mal. Pero Lucifer es otra cosa, no tiene nada en común con el satanismo y mucho menos con el Mal.

Lucifer es, entre otras representaciones, un arcángel que por amor a los humanos, se enfrentó con el propio Creador ante la negativa de éste a concederles la principal facultad con la que les creó: la Sabiduría, el libre discernimiento. Después de la derrota contra las tropas que defendían el sometimiento de los humanos, y ante la imposibilidad de destruir a una entidad angélica que luchaba por amor, quien además llevaba la razón, el Creador le exilió al planeta que tan ardorosamente defendía, haciéndole dueño y protector de él: la Tierra. Lucifer, que provenía del majestuoso y enigmático Sirio quedaría en la Tierra hasta el fin de los tiempos.

Lucifer ha sido constantemente relacionado con el Mal. Craso error. Luciferismo significa Humanidad. Todo cuanto concierne a la humanidad en este planeta (plano físico) está relacionado y protegido por el Portador de la Luz.

Y muy probablemente, Lucifer se aburriría hasta la exasperación de lo absurdo, patético y estúpido de los comedores de sopa en los cementerios. No me extrañaría que los enviara a todos al puñetero infierno de una patada en el trasero.